viernes, 16 de marzo de 2007

Ética periodística


Das Kompater se ha topado a lo largo de su vida, con las más diversas y extrañas situaciones, o dilemas profesionales.

Pese a contar con una mente corrupta que le juega malas bromas a su sentido común… en los más de los casos ha optado por lo “correcto” aún cuando lo descubra, meses más tarde.

¿Qué es un periodista sin ética?

La ética, más allá de una definición de diccionario, es un ejercicio diario, como ser humano y como periodista. Según Ludwig Berg, cuando el hombre se determina a sí mismo guiado por su espíritu interior, a obrar bien, actualiza se ethos.

¿Pero cuándo estará actuando correctamente un periodista? La respuesta parecería fácil, cuando sea veraz, objetivo, imparcial y respeto a la vida privada. Sin embargo, en muy pocas ocasiones se encuentra un simple reportero ante un hecho cuyos involucrados actúen siempre de buena fe, en igualdad de circunstancias o con la misma fuerza.

El oficio periodístico, está rodeado de intereses. Sin afán de hacerse la víctima, Das Kompater mira a su alrededor, se da cuenta de que está sólo en la tierra de nadie.

Todo periodista ha sufrido, en mayor o menor medida, la presión de: empresas, los gobiernos, sus propios medios o el mismo gremio periodístico. El chayo, los ataques a la vida privada, la imparcialidad, el conflicto de interés, y la autocensura; son los velos que circundan cotidianamente esta profesión. Sin embargo, no tendría por qué ser así.

El periodismo es una profesión incómoda para aquellos que tratan de tomar ventajas no competitivas sobre otros. Sea el poder político, empresarial o económico, se trate de negocios lícitos o ilícitos.

Recordemos que el periodismo debe cumplir, ante todo, con su labor social de informar.

Por ello Das Kompater puede que no tenga grandes ingresos económicos o lujos, pero su conciencia, al menos en el ámbito laboral, sigue limpia.