viernes, 20 de junio de 2008

Jerry… no es un ratón

Quien escuche el nombre de “Jerry” y lo asocie con dibujos animados invariablemente pensará en un pequeño roedor que siempre se las arregla para hacer quedar mal al gato “Tom”.

Sin embargo, para efectos de este relato, debemos aclarar que Jerry no es un ratón. La historia que está a punto de contarnos la famosísima KGB, una excelente periodista aunque reniegue de serlo, encuentra similitudes con los personajes de la caricatura.

Antes de contarles la razón principal por la que por primera vez escribe algo KGB para un blog, no está de más un poco de preámbulo, tal vez así compartirán con esta improvisada autora parte de las sensaciones que provocó el suceso principal de la historia.

Hay mucha gente que disfruta de la compañía de una mascota, generalmente son perros, gatos, peces, ya dentro de algo más complejo roedores, serpientes, arañas y en cantidad de seres vivos que generalmente se encierran en una hermosa y práctica caja de plástico o cristal. Ya dentro de las excentricidades he leído casos y escuchado experiencias de personas que cuidan y adoran a changos, caballos y hasta osos, dentro de espacios poco aptos pero adaptables.

Cuando KGB salió del jardín de niños, sus padres consentidores como cualquiera con una sola hija le regalaron cinco pollitos y un pato. A esa parbulita le llamó la atención ese pequeño palmípedo diferente al resto de las pequeñas bolas amarillas que piaban, incluso el sonido era diferente, algo en ella cambió cuando descubrió en esa ave a su amigo de la infancia, Jerry le llamó.

Ya no lo recuerda pero sospecha que eligió ese nombre porque uno de sus personajes favoritos de las caricaturas de antaño era ese astuto ratón que se escondía de Tom y le daba una dolorosa lección todas las mañanas de sábado en canal 5.

La convivencia que tuvo con ese pato fue extraordinaria, tal vez era sólo la impresión de una niña de 5 años, pero realmente ella consideraba poco común que un pato le siguiera de un lado para otro, que le hiciera compañía al leer, ver la tele y hasta para
dormir. Algo que aún recuerda con melancolía y mucho cariño es que Jerry aprendió a jugar a la pelota, la aventaba con el pico de regreso a su ama.

Con el tiempo el pato creció y con ello la amistad entre niña y ave, sin embargo un accidente provocó que el pobre pato muriera.

Desde entonces KGB recuerda con cariño y tristeza aquel episodio, sin embargo, en lugar de cerrarse ante tal tragedia convivió con varios caninos, entre ellos su adorada y también fallecida Shaolin, una hermosa golden retriever.

Hace algunos meses al sobrinito de KGB llegó a la casa con la misma ilusión infantil con la que su ahora tía disfrutaba meter mascotas y animalitos raros a la casa con la
esperanza de que su madre no gritara muy fuerte esa negativa que con el tiempo se convertía en resignación para alojar a otro espécimen más.

El sobrino llegó con un patito, sus plumas eran diferentes, muy suaves y con un peculiar aroma a campo. KGB no pudo evitar recordar los días más felices de su infancia al lado de un animal parecido y cayó rendida ante sus tiernos ojos.

A partir de ese momento KGB adoptó a un ave que ya no tenía cabida en un departamento de tres recámaras, dos baños y una sala comedor bastante reducida a comparación del lugar donde creció y del cuál se mudó hace 8 años, de donde dejó atrás el recuerdo de su primer y hasta entonces único pato.

Jerry II ocupó un lugar en el pasillo y alcoba de KGB, creció rápidamente y conforme eso pasaba, la dueña perdió la ilusión de contar con el amigo de su infancia, en cambio conoció otro tipo de palmípedo que contiene todas las características que originaron la creación del personaje de Disney, Donald, y el pato de WB Lucas. Es decir, lo enojón y agresivo que puede ser un pato simpático pero irritable.

Este nuevo personaje odia quedarse sólo, grita cada vez que quiere algo de atención y tiene una mirada tierna pero profunda. KGB rápidamente aprendió algo más de los patos… su pico es muy fuerte, tanto que puede arrancar un pedazo de mano o incluso la cara, o peor aún un dedo de tus pies.

Así que ahora, toda la familia de KGB tiene que cuidarse del pato cuando está suelto, porque al estar irritado corre hacia los pies o piernas de cualquiera que se ponga frente a él, y pocas veces se libra de una buena mordida que termina en moretón o hasta en una cortada profunda con un poco de sangre.

Otro detalle interesante intrigante y “exótico” de Jerry II (KGB ha investigado sin mucho éxito los porqués de este fenómeno) es que tiende a buscar las botas (no zapatos, no tenis, no zapatillas ni huaraches) de Aseret G (la progenitora de KGB) para hacer una especie de ritual, el cual podría ser llamado “pisar a la bota”… no se sabe a ciencia cierta qué quiere hacer el pato con la bota pero con un poco de imaginación se podrían generar muchas ideas… sobre todo en la mente sucia de Das Kompater...

Antes de que esta historia se vuelva más descriptiva de lo que ya es… debemos narrar el hecho que provocó esta historia…

Un buen día, a principios de mayo, KGB salió temprano de trabajar con lo ilusión de llegar a casa, tal vez leer un rato o ir a tomar un café, cuando al llamar a su madre para avisar que iba en camino, contestó su padre con un tono dubitativo, el cual fácilmente fue identificado.

Resulta que la madre de KGB había salido corriendo al veterinario con el pato en brazos a buscar asistencia médica.

Inmediatamente KGB tomó medidas necesarias, sacó todo lo que tenía del cajero y corrió hacia la veterinaria.

Al llegar, su madre en compañía de su prima y su sobrino estaban fuera de la clínica en espera del médico. Jerry II estaba en brazos de la madre, quien a su vez tenía
ensangrentada una amplia playera blanca y las manos que detenían parte del cuerpo del pato.

Por más alarmada que estuviera KGB, la primer imagen le tranquilizó, ya que el pato estaba despierto, conciente y en pie; cuando se acercó un poco más a Jerry II, KGB vio la herida, una apertura impresionante en el cuello del pato.

Resulta que otra de las mascotas del sobrinito de KGB llamada Brandy (perra de raza eléctrica, osea corriente-corriente), que vive en el departamento antes descrito, se atrevió a atacar a Jerry II y lo dejó gravemente herido del cuello. Por decirlo de alguna forma, el pato quedó sin piel en la parte inferior del cuello y el lomo, entre ambas alas.

Cuando finalmente se contó con la asistencia médica, el veterinario explicó que era
necesario reconstruir el cuello del ave y al tratar de unir la piel que quedaba con plumas, se podía apreciar que no sería tan fácil. Sin embargo el veterinario se veía más preocupado porque el pato soportara la anestesia a lo complicado de la operación.

La primer inyección dejó dormido al pato en poco tiempo e inmediatamente fue llevado atrás del consultorio donde sin que KGB pudiera ver lo que hacía el veterinario, sólo se podía escuchar el ruido de la rasuradota que quitaba parte de las plumas que rodeaban la herida.

En tres horas, lo único que KGB pudo hacer era recordar el episodio de su infancia y se preguntaba si este nuevo suceso tendría el mismo desenlace.

Después de la cirugía, toda la familia de KGB salió del consultorio con el pato en brazos, recién operado y con la consigna de observarlo durante la noche para ver cómo respondía a la anestesia.

Fue una noche muy larga para KGB y Jerry II, el pato terco como una mula, despertó a las 2 de la madrugada con ganas de caminar, morder o “pisar la bota”, cuando realmente el sedante no le permitía erguir por completo su cuello, por lo que parecía que su cabeza se estrellaría con el piso en cualquier momento y por ende la herida recién cocida duraría poco en su lugar.

El temor era grande y KGB lo único que quería era evitar que Jerry II sufriera más, no podía evitar en pensar en el sacrificio en lugar de permitir que el dolor siguiera… pero por alguna extraña razón el pato insistía en despertar. Entonces KGB recapacitó y decidió estar despierta en todo momento y cuidar de su nuevo amigo.

Gracias a la madre de KGB, el pato pudo descansar contra la pared recargado en varios trozos de tela y una almohada, mientras que KGB detenía con su mano el cuello del pato para que no se moviera más.

A eso de las 6 de la mañana Jerry II parecía haber superado la anestesia y por sus movimientos ya estaba reaccionando correctamente. Era notorio el cuidado que el pato tenía al moverse, sin embargo estaba sediento y con mucha hambre, eso era buen signo.

Finalmente Jerry II sobrevivió y sigue vivito y coleando como un pato cualquiera, sólo que con un pequeño “lifting” en el cuello, que definitivamente no lo hace verse más joven.

La cicatriz tardó el mes entero en cubrirse de nuevo por plumas y aun se ve la herida y la piel morada cuando se moja. Afortunada o desafortunadamente Jerry II ha vuelto a las andadas, sigue “pisando la bota” y correteando los pies de la familia.

Por supuesto que Brandy, como si se tratara de Tom, estará castigada por el resto de su vida y no tiene permitido acceder a ninguna de las áreas del departamento, con excepción de la sala.

Por cierto… para aquellos que se preocuparon por el destino y salud de Jerry II, KGB expresa su eterno agradecimiento.

Espero que esta historia les haya agradado aunque sea un poco.

jueves, 19 de junio de 2008

Destino a la mano...


¿Qué es un hombre sin un sueño? Un hombre sin un sueño es un ciudadano... dijeron Alberto Cortez y Facundo Cabral en uno de los conciertos que alimentaron su disco: "Lo Cortez no quita lo Cabral".

Es curioso el hecho porque Das Kompater hizo un amplio estudio sobre la ciudadanía poco antes de ser coptado por las fuerzas de la Seguridá.

Más curioso aún es que a últimas fechas Das Kompater sea un simple ciudadano. Un hombre (si es que se le puede llamar así) sin sueños.

Quizás por eso sale tarde de trabajo, llama a quien esté disponible y se arma "un plan". Llena su estómago con manjares, su mente con placeres terrenales y su corazón, alguna vez lleno de dicha y calor ahora añora tiempos remotos.

Quizás por eso, como la canción de Emmanuel "Quiere dormir cansado". Los días pasan uno a uno, alimentando las esperanzas de épocas mejores, deseando un futuro bueno. Sabe que el presente es pasajero, que es "mientras" sale algo mejor. Pero no sale nada. No busca nada que es aún peor...

Hubo un tiempo, cuando Das Kompater, apenas sobrevivía con una torta de milanesa con mucha mayonesa y un boing de fresa o mango en la HHH Septién. En aquél entonces $20 pesos eran suficientes. Podía vivir con $200 pesos a la semana y aún le alcanzaba para cigarros.

Luego llegaron los tiempos de Starbucks, del "Earl Grey Venti con espacio para leche", 2 sobres de azúcar de mascabado, cocoa espolvoreada y una nube de leche servida mientras se revuelve en endulcorante completaban el cuadro.

Los "Panninis Omelette" en la mañana, el "Marmoleado canadiense" al medio día y un pastel o muffin en la noche.

Los jueves del Café la Habana, donde todavía se pueden ver periodistas platicando de política, grillas y cosas peores.

Después llegaron las noches de Pizzabrosas, la especialidad de la casa la pizza que no aparece en el menú: Salchicha italiana, albahaca y aceitunas negras. Los mapas mentales, los diagramas de flujo e ideas de proyectos plasmados en manteles de papel destrasa o servilletas de Starbucks.

Hace más de un año, la suerte le favoreció frente a 2 periodistas más. La suerte o quizás el destino le sonrieron.

Tantas veces deseo estar en nómina, pertenecer a una empresa transnacional y ahora... ahora es un ciudadano, es aún menos, pues para el imperio romano, aquel que es ajeno a su entorno deja de ser sujeto y se vuelve objeto.

Han pasado muchos días desde que dejó su pueblo, han pasado muchos rostros sonrientes que le dieron apoyo, comida, sustento y alegrías.

Das Kompater se resiste a ser lo que es. Cada día camina rumbo a su trabajo pero sin un rumbo en la vida.

Lleva la mirada atenta como le enseñaron en los cursos, para no ser sorprendido. Pero hubo un tiempo cuando las sorpresas le daban alegría.

Hoy su mayor ilusión es ver a Dora, retar a la vida, la naturaleza e incluso Dios.

Hace poco Das Kompater se reunió con colegas y amigos periodistas. Al calor de "calimochos", cervezas y botanas rió como hace mucho no lo hacía.

Recordó y revivió aquellos años estudiantiles. También descubrió una faceta desconocida de su antigua mentora, C-si Semiotique: ella sabe leer la mano.

Obviamente a Das Kompater le ganó la curiosidad y quiso saber que le depara el futuro.

La revelación más llegadora no fue que por a'i de su quinta década de vida pueda perder la misma... sino que su mayor problema en la vida es la decepción... como la de Don Juan... que busca el amor perfecto y nunca lo encuentra...

Das Kompater busca y buscará hasta encontrarlo.... quizás algún día, como Ulises volver a Ítaca, después de 25 años... cuando llegue el alba.

sábado, 14 de junio de 2008

Family weekend

De un tiempo a la fecha, la familia se ha tornado en un issue importante para Das Kompater...

Quizás la soledad, el exceso de trabajo o algún extraño fenómeno provocado por la edad, lo han hecho volver a sus orígenes.

El caso es que como hace varios años no pasaba, Das Kompater disfrutó de un fin de semana familiar.

El sábado comenzó al ritmo de "trip to ensenada" pero rumbo Ahuatepec, osea "trip to Ahuatepec" donde recientemente se celebró una carrera de XC (cross country) de ciclismo de montaña.

El paisaje es una delicia para la mirada. El bosque inunda la vista, la vereda indica el camino a seguir y aunque apenas son 8 ó 9 kilómetros de circuito, el terreno permite retar al cuerpo y la bicicleta.

A medio día, Das Kompater tomó un urgente y merecido baño, tras el cual, departió los alimentos con Der Papa V, Der Sisterna, su cuñado Fabel Begne y el buen Matus Fabel Chinois (Der Kompater sobrinito).

La mesa fue puesta en el "Mateo", donde en antes se encontraba la "Fonda Tlahuica". La veldá se trató de una bacanal ¡de antología!

El menú fue: "Plato Mateo" al centro [aros de calamar, tortilla española, queso manchego, jamón serrano, morcilla (lo mejor delplato por su sabor a nueces y trigo molido) y chistorra].

Para empezar Das Kompater pidió una sopa verde de mariscos que fácilmente pudo ser la comida completa. De plato fuerte pidió un pecho de ternera.

Obvio, Das Kompater probó de todos y cada uno de los platillos de sus acompañantes y aún así, dejó un "huequito" para el postre y digestivo.

El primero fue un helado "Tiramisu", que si bien no es un auténtico italiano, cumple dignamente con el propósito.

Merece mención especial el "Pacharán" (licor, digestivo, cordial o como gusten llamar al pegue para el desempance) fueron dos pegadores vasos chaparros de la espirituosa bebida, que pusieron de mejor ánimo a nuestro amigo.

Tras los alimentos la ligereza corporal dejó de ser constante y poco a poco se convirtió en siesta vespertina.

El resto del día lo pasó alimentando la pereza frente al televisor, sin siquiera prestar atención a lo que proyectaba.

Al día siguiente, le amaneció temprano. A las 5 am fue el primer intento para despertar, a las 6 fue el segundo y a las 6:15 el definitivo.

El motivo de tal desmañanada fue para subir a la montaña con Dora (Giant Yukon FX doble suspensión).

A las 8 am estaba ataviado y listo para subir, sus compañeros de viaje arribaron a tiempo y le guiaron hasta lo que se conoce como Lomas Ahuatlán (donde Der Kompater Zottacko se fracturó la clavícula).

Luego de 3 horas llenas de adrenalina, Das Kompater ya estaba satisfecho de ciclismo y apresuró su regreso a casa.

En el programa del día estaba contemplado asistir al Centro Cultural Helénico para ver "12 hombres en pugna" con la actuación estelar de Ignacio López Tarso.

Pero antes, los padres de nuestro personaje de pacotilla y él mismo disfrutaron de un raro fenómeno citadino: comer al aire libre, sin smog, sin ruido, cerca de 2 avenidas importantes de la ciudad.

La selección fue el Centro Veracruzano ubicado en Av. Miguel Ángel de Quevedo

El menú, podría estar dirigido para los turistas que desean conocer el exotismo de la gastronomía mexicana. O bien, para aquellos conocedores de las delicias veracruzanas que deseen comer como en esas tierras.

Al centro disfrutaron de unos deliciosos Gusanos de maguey a la mantequilla.

El sabor es delicioso, la sensación en la boca tampoco es desagradable (Das Kompater creía que encontraría viscosidad en el bocado pero no hubo tal).

Der Papa V pidió un Chile relleno de frutos del mar (chile ancho, con mariscos), con fresas y kiwi y guacamole como guarnición.

Nataly C comenzó con un "Chilpachole" con picante al gusto y bolitas de maza al fondo.

Después una "Lengua a la veracruzana" (lengua de res cocida en rodajas con una dulce guarnición de verduras a la vinagreta).

Das Kompater prefirió empezar con una tostada de Marlín que no valió la pena y un delicioso "Pascal de pollo" (mole prehispánico hecho con pepitas de calabaza ajonjolí y chile seco). Según la carta, el platillo aparece en el códice florentino. Obviamente se preparaba con Guajolotes, pues el pollo llegó a América después de 1492.

Pero una buena comida veracruzana amerita unos "toritos" bebida tradicional de elaboración casera. Comunmente los "toritos" se preparan con aguardiente de caña, azucar fruta y mucho hielo.En esta ocasión, no fue la excepción, cada uno de los comensales pidió sendos toritos, Nataly C de Mamey, Der Papa V de Guanábana (Anona )y Das Kompater de Cacahuate.

Para aquellos que ni siquiera conozcan estos frutos (obvio el cacahuate no es un fruto sino una nuez) podemos decir que la Guanábana es en esencia muy dulce, su pulpa es fresca y tiene una consistencia similar al mango.

El mamey por su parte es también dulce, pero un poco más sobrio. Su color salmón y su enorme semilla al centro o hueso como los aguacates son sus sellos característicos.

Podemos decir que la Guanábana es como una fiesta tropical, mientras que el mamey es una hermosa velada en la playa. El cacahuate por su parte le da al "torito" un sabor diferente, pues por su consistencia, pareciera una crema de wiskey o algo parecido.

Para evitar la marea calórica (ataque de sueño) Das Kompater se hizo de su tradicional express doble cortado.

La sobremesa fue amena, la cálida tarde, la panza llena y el alcohol en la sangre hizo que Das Kompater sudara un poco, lo suficiente como para sentirse transportado a las hermosas tierras veracruzanas que aún no conoce.

En el Centro Cultural Helénico se vivía otro ambiente. Los perfumes caros, las telas finas y los hombres con bastón (más necesidad que moda) le cambiaron de ambiente a Das Kompater.

Su mente se debatía entre la incomodidad de soportar aromas embriagadores en tal concentración y mezcolanza; por otro lado, la añoranza de aquellos siglos, cuando asistir al teatro o la ópera ameritaba vestimenta de gala.

A veces, Das Kompater se pregunta por qué no nació en otra época, cuando el Jazz estaba de moda, cuando ser periodista era una profesión de renombre y cuando las barberías no estuvieran en peligro de extinción.

Sin embargo, si así hubiera sido, no disfrutaría de Nortec, del ciclismo de montaña y la tecnología.

Der Papa V tuvo el acierto de conseguir boletos para la cuarta fila al centro de escenario. "12 hombres en pugna" es una obra extraordinaria con la que Das Kompater retoma ese gusto por las artes histriónicas.

Sin entrar en detalles sobre la trama, podemos decir que a Das Kompater le agradó porque invita a la reflexión sobre las motivaciones del hombre y los prejuicios.

De alguna forma eso le favorece... pues siempre ha existido un halo de prejuicios hacia Das Kompater... ahora resulta que hasta tiene cara de mujeriego...

lunes, 9 de junio de 2008

Nortec es de todos...

Por exceso de trabajo, Das Kompater sólo puede decir:

Nortec es de Todos

domingo, 1 de junio de 2008

Puente

Cuando Das Kompater era apenas un parvulito, solía pensar que su vida era perfecta.

En una ocasión, según recuerda, un lunes, se dirigía rumbo al kinder, después de sobrevivir una fiera batalla entre indios y vaqueros de Playmobil, cuando de pronto, observó por la ventanilla cómo transcurría la ciudad, ausente de sí mismo. Entonces pensó con la lógica de un niño de 4 años (aunque lo duden, Das Kompater alguna vez tuvo infancia) "existen las vacaciones largas, las vacaciones cortas y las pequeñas vacaciones". se trataba de un simple fin de semana, pero a los 4 años de edad, dos días y medio significan un buen periodo de descanso.

Hoy, los fines de semana son apenas un respiro del sofocante trabajo, así que cualquier oportunidad de hacer puente debe ser aprovechado.

El pasado jueves 1 de mayo, fue como en el resto del mundo, un día de asueto, sin embargo, el viernes 2 fue laborable. Aún así, Das Kompater tuvo la fortuna de canjear el 1 de mayo por el 2 y de esa manera hacer un fin de semana largo.

"El plan" entonces, fue unirse al plan de Der Kompater Ponko, su señora Der Konmather Olgui y Maela Bretonne (una joven bretona que sabe conjugar frases mexicanas como: "me puse peda", "les vale madre" y tantas otras que incluyen el verbo chingar). El trío ya se encontraba en Guanajuato cuando Das Kompater apenas decidió fugarse de Cuernavaches, es decir a las 9 pm.

Con maleta hecha llegó a la terminal de autobuses para irse al DF, donde debía alcanzar el último camión que lo llevara hasta Guanajuato, el de las 00:30. Sin embargo, el plan tuvo que cambiar pues a las 23:00 apenas salía de Cuerna.

Para no hacer el cuento cansado, el itinerario para llegar a Guanajuato fue el siguiente:

Cuernavaca-DF 23 hrs
Caseta-Central del Norte 24 hrs
DF-León 01 hrs
León-Guanajuato 5:50
Guanajuato, Guanajuato 6:30

Tras el ajetreado trayecto, lo menos que se merecía Das Kompater era un desayuno digno de su hambre y paladar, así que, se dirigió a la fuente más conocedora y avezada en los menesteres del desayuno tempranero: un taxista.

La pregunta fue simple: ¿A esta hora dónde desayunarías tú? Por el frío matutino la mejor opción fueron los famosos tamales de doña Laura (frente a la Alhóndiga).

El menú no es muy extenso, apenas tamales rojos, verdes y de dulce, pero ni falta hace. Para beber, un champurrado vigorizante que mediante el sopeo se logra lo que los catadores sommelier llamarían "un buen maridaje".

Antes de pagar los 3 tamalitos que recién se había empujado, Das Kompater recabó la información necesaria para sobrevivir en el pueblo cervantino: ¿Qué y dónde comer? Doña Laura, al no ver peligros competitivos de perder clientela, muy acomedida sugirió las Guacamayas (platillo sin ave) y los guisados del mercado.

Agradecido Das Kompater se despidió con la promesa de regresar pero con más tropa que le hagan el quite a los tamales.

Der Kompater Ponko, Der Konmather Olgui y Maela Bretonne despertaron temprano... o quizás sólo Der Kompater Ponko despertó, porque sus ronquidos no dejaron dormir a nadie en la habitación.

Con esos antecedentes, lo mejor sería que Maela y Das Kompater compartieran una habitación alejada de Ponko, sin embargo, Guanajuato y el hotel Alhóndiga estaban al máximo y lo más que consiguieron fue un cuarto más grande.

Sin un remedio más efectivo, la única solución sería emborracharse o cansarse en las calles de Guanajuato, así que comenzaron por tomar un tour por el lugar.

Sin embargo, un buen recorrido comienza con un buen café, así que decidieron buscar un oasis entre todo el barullo matutino. El "Claustro" fue la elección, enclavado en medio de una pintoresca plaza, comieron buñuelos (galleta de trigo frita escarchada con azúcar) y un chocolate caliente para acompañarlo. ¿y el café? Ese no hizo falta.

De película...

Mientras el guía repetía hasta el hartazgo que Guanajuato fue locación de muchas películas de renombre que incluyeron actores como la india María, El Santo y quien en más de una ocasión pudo haber ganado las elecciones presidenciales: Mario Moreno "Cantinflas"; Das Kompater dormía...

Mientras en el horizonte se dibujaban los cerros como ranas; Das Kompater dormía... y mientras el resto de los turistas se tomaba la foto bajo la gran escultura del Pípila, Das Kompater dormía...

Mientras las mejores postales se dibujaban en su ventana, Das Kompater dormía...

No es que Guanajuato le pareciera aburrido, sino que Das Kompater sufría de un nada raro ataque de sueño.

El tour los llevó a ver minas, iglesias y otros museos. Después de 3 horas mal gastadas (lo mejor es acudir a la Secretaría de turismo y preguntar por los tours certificados) Das Kompater puso a prueba su amplio criterio culinario con una deliciosa Guacamaya.

La botana (no es platillo) consiste en una torta de chicharrón bañada en jugo de limón y una picosa salsa roja.

Para los extranjeros, diremos que en un pan blanco de costra, tipo baguette corto, se le pone chicharrón, que no es otra cosa que la piel de cerdo frita, también conocido como "duro". La salsa debe estar preparada con cilantro, jitomate, a veces aguacate pero siempre harto limón, chile (ají) y sal.

Para los nacionales chilangos diremos que es una "guajolota" de chicharrón, bañada en pico de gallo.

El gusto es extraordinario, la combinación de el chicharrón con limón y salsa es conocida para casi todos los mexicanos, pero al agregarle la base de la masita, un poco de migajón más toque de la costra dorada y crocante inundan de sabor el paladar de cualquiera.

La salsa tiene como dirían en el billar "renversé" pues de entrada el aguacate y el pan le dan un sabor dulzón a la salsa, pero al cabo de un momento, el picante hace su aparición con tremendas oleadas de calor en la boca.

La experiencia es sin duda explosiva, pero no llenadora, así que Das Kompater y sus compañeros de viaje se dispusieron a hincarle el diente a lo que se dejara.

Tras un breve recorrido por el centro, se disponían a sentarse en los turísticos restaurantillos que dan al teatro Juárez. Sin embargo, Greeneyes Lupita les salvó de ser estafados una vez más por la cara de turistas.

En cambio les llevó al café "El Santo" un pequeño sitio con lo necesario para ser muy concurrido entre los círculos académicos, hippies, extranjeros y mochileros.

La cocina va desde las populares cervezas (en un tiempo, la famosa Victoria fue considerada sólo apta para albañiles) hasta los snob smoothies. La pasta es generosamente servida al igual que las Crêpes.

No importa cual de estas variedades se les antoje, sin duda quedarán satisfechos con el sazón y la porción.

Tras una larga, placentera y reposante sobremesa, los 4 turistas siguieron el paso de Greeneyes Lupita, quien los llevó a callejonear entre las efigies de Sancho Panza, don Quijote de la Mancha y el homenaje del "charro cantor" Negrete: que sin mucha pose les hizo a las damas cara de "¿¿qué pasó morrita?? ¿Por qué tan solita hoy?

A pesar de la caminata, el sol y el sueño estuvo a punto de vencerlos y de apartarlos de tan bellas postales guanajuatenses; si no fuera porque de pronto se encontraron en el "Ágora de baratillo" un café revitalizante. Apenas un express doble cortado para devolverle el alma al cuerpo o cuando menos prolongar la agonía.

Después vino la visita a la universidad y su escalinata, con puente incluido.

Pero, pese a su reticencia de dormir, Morfeo finalmente les venció lo suficiente para que cargaran pila pues la noche prometía ser larga.

La noche comenzó con la tradicional callejoneada amenizada por la Tuna Colegiata Real de Guanajuato, las melodías clásicas como el gitano señorón y el éxito internacional de Consuelito Velásquez "Bésame mucho" con la que, por cierto, Maela Bretonne, recordó aquél video de... "tengo miedo".

Después de disfrutar las calles, la música, las risas y el infaltable duelo de panderos, el cuarteto decidió reunirse de nuevo con Greeneyes Lupita. Una visita fugaz al Cubamía (mojitos included) le dieron a Maela una no muy agradable demostración de lo que hace el alcohol combinado con canciones ardorosas en karaoke (la traducción de "Rata de 2 patas" no fue fácil.

A pesar de estar francamente enfiestados, tuvieron que retirarse el bar "Olé" donde escucharon tan amenas canciones. La cama los esperaba.

Ya en la habitación Der Kompater Ponko y Der Konmather Olgui compartieron una cama mientras que Maela Bretonne y Das Kompater la otra.

El exceso de público, el cansancio y los ronquidos de Der Kompater Ponko hicieron que Das Kompater esta vez se comportara como el caballero que no es.

Para desgracia de Maela, fueron muy pocos tequilas y no estaba siquiera ligeramente borracha como para no escuchar los "ligeros" ronquidos de Ponko.

Por si fuera poco, Ponko apenas tocó la almohada se durmió profundamente y cuando el sol clareaba y Maela finalmente se reunía con el sueño Das Kompater comenzó a roncar ligeramente.

A las 10 am los turistas se despidieron de tierras guanajuatenses para adentrarse en las queretanas.

Para variar, la primera parada fue para desayunar. En esa ocasión, el destino los llevó al "Hágase su taco".

El concepto es simple: buffet de guisados.. tortillas al comal... variedá (así con ese tono) de salsas y pa' los exigentes tlacoyos.

Ahí comenzó el debate para elegir dónde quedarse. Para los estándares de Das Kompater cualquier jacal le parece mansión, pero Ponko puso el listón muy en alto, pues el hotel debía contar con estacionamiento.

Los dotes periodísticos de Das Kompater salieron a relucir al darse cuenta de que no tenían ni la más remota idea de dónde hospedarse. Por ende, preguntó hasta conseguir un folleto turístico con varias opciones de hoteles. Posteriormente llamaron a 3 de ellos sin éxito. El paso siguiente de peinar la zona hasta dar con alguno...

La suerte estuvo de su lado pues en un momento ya estaban instalados en las 2 últimas habitaciones de el “Mesón de Carolina” y al parecer de Querétaro, ya que a los 2 minutos 3 diferentes familias rogaron por alojamiento antes de continuar su peregrinar por los hoteles de la ciudad.

Las habitaciones son amplias, el desayuno que incluye es cumplidor, pero para Das Kompater y Maela Bretonne lo mejor de la posada fue poder dormir sin los ronquidos de Der Kompater Ponko.

Querétaro fue una experiencia inolvidable. La gente es amable , como en las ciudades cosmopolitas que no han perdido lo provincianas.

Tras instalarse, el destino y la casualidad les hizo detenerse en el "Te Amo Café" el criterio para elegir dicho sitio fue que sonaba bien el nombre.

El nombre estuvo a la altura, la decoración es perfecta para el ligue, las bebidas son enormes y los postres deliciosos.

Der Konmather Olgui y su marido, se refrescaron con sendos Smoothies que más que bebidas individuales eran de proporciones industriales; Maela Bretonne, se aventuró con un Chai y Das Kompater, mató la sed con una soda italiana.

Hasta ese momento pareciera como si se hubieran adentrado en una cafetería snob europea. Pero Der Kompater Ponko descubrió en el menú "chile ancho en piloncillo". Un platillo fusión francamente delicioso. Su sabor es suave, la combinación de frijoles, queso y chile poco picante resaltan el dulce del piloncillo.

En un santiamén el plato estaba más limpio que en la alacena, lo que dio paso a la plática y las risas de todos.

Der Kompater Ponko es más tragaldabas que Das Kompater y su debilidad son los postres, más si son de chocolate, por eso decidió realizar el reconocimiento de avanzada en el área de postres.

El reporte fue extenso y prometedor, Crème brûlée parecía ser la opción, pero los tacos de "hágase su taco" y el chile relleno seguía en sus gargantas.

Das Kompater, ajeno a esas costumbres de sólo comer cuando el hambre llega decidió valorar el dichoso postre.

La experiencia le pareció por demás extasiante. La textura del azúcar cristalizada, la suavidad de la crema y el agridulce sabor de las frambuesas silvestres ameritaron otra bebida. Un express doble cortado, cargadito y vigoroso.

Sin duda, en el "Te amo café" hasta las cucharas cafeteras son auténticas.

Pero no todo es comer, el viaje fue pensado para conocer, así que volvieron al centro de la ciudad para tomar el siguiente tour.

Al parecer la firma del bajío es tener paseos turísticos malos, pues por no pocos pesos se conocen los sitios que bien pueden recorrerse a pie o en auto.

No obstante, es digno de reconocerse el interés de promocionar la ciudad. Para aquellos que deseen una experiencia diferente la recomendación es comprar boletos para el espectáculos de "Querétaro y sus leyendas". De ellas, Das Kompater prefiere no abundar en muchos detalles para no arruinar la sorpresa de descubrirlo uno mismo.

Sólo diremos que se debe respetar a "La Carambada" ante todo. (Pregunte por la compañía teatral que sale del restaurante "Chucho el Roto".

Terminando el espectáculo Das Kompater cumplió una de sus promesas más añejas: visitar a Mili O, a su marido y a su hijo.

De un momento a otro, Das Kompater y compañía se convencieron que en la siguiente visita Mili O y familia serían mejor guía de turistas que los "trenesitos" del centro.

La cena no podría pasar inadvertida, la elección de Mili O & family fue "Tacos el Pata" la especialidad de la casa son los tacos al pastor y Das Kompater no les hizo el feo. El sabor si bien es bueno no llega a lo extraordinario. Sin embargo, el agua de lima de verdad que vale la pena. Esté uno crudo o no, cualquiera es capaz de beberse más de dos vasos seguidos.

Esa noche, después de cenar, los 4 turistas rodaron a sus habitaciones y al tocar su respectiva cama, como si tocaran una una hiedra venenosa... se desmayaron.

El día siguiente sería un día largo, así que debían reponer las pilas.

Como ya habíamos comentado, la posaba incluía desayuno. Unos tradicionales huevos revueltos, frijoles, totopos y Das Kompater como es costumbre pidió crema, porque le gusta ponerle mucha crema a sus tacos, los aderezó generosamente.

El siguiente destino fue la Peña de Bernal. Y como la falta de entusiasmo no les aqueja a los 4 aventureros, la meta fue subir la roca hasta donde es humanamente posible sin equipo ni entrenamiento especial.

Conforme subían Maela Bretonne, Der Kompater Ponko y Das kompater (Der Konmather Olgui recién salió de una fractura en el pie y no tenía caso arriesgarse), se percataron de algo sorprendente: quien quiere subir lo hace, no importa si lleva zapatillas de tacón, botas vaqueras, vestidos o mini-micro falda.

El trayecto sin duda produce hambre, así que almorzaron sendas gorditas rellenas (chicharrón, papas con chorizo y los sorprendentes camarones con nopales).

La siguiente escala fue en el DF para demostrarle a Maela que no toda la comida mexicana se compone de tortillas, tacos, tamales, gorditas y demás fritangas.

La elección fue El Café Tacuba, enclavado en el centro de la ciudad. El lugar es digno de visitarse, sea para tomar la merienda de café y pan dulce o bien degustar sus famosos "Chiles en nogada" (sólo en temporada) o como en este café un filete Tacuba con su tradicional salsa de tomate verde y queso gratinado.

Hoy, Das Kompater no es un parvulito, ni su vida es perfecta, pero cada que tiene oportunidad se da un tiempo para hacer las 2 cosas que más le gustan: lanzarse a la aventura y comer...