Quizás la soledad, el exceso de trabajo o algún extraño fenómeno provocado por la edad, lo han hecho volver a sus orígenes.
El caso es que como hace varios años no pasaba, Das Kompater disfrutó de un fin de semana familiar.
El sábado comenzó al ritmo de "trip to ensenada" pero rumbo Ahuatepec, osea "trip to Ahuatepec" donde recientemente se celebró una carrera de XC (cross country) de ciclismo de montaña.
El paisaje es una delicia para la mirada. El bosque inunda la vista, la vereda indica el camino a seguir y aunque apenas son 8 ó 9 kilómetros de circuito, el terreno permite retar al cuerpo y la bicicleta.
A medio día, Das Kompater tomó un urgente y merecido baño, tras el cual, departió los alimentos con Der Papa V, Der Sisterna, su cuñado Fabel Begne y el buen Matus Fabel Chinois (Der Kompater sobrinito).
La mesa fue puesta en el "Mateo", donde en antes se encontraba la "Fonda Tlahuica". La veldá se trató de una bacanal ¡de antología!
El menú fue: "Plato Mateo" al centro [aros de calamar, tortilla española, queso manchego, jamón serrano, morcilla (lo mejor delplato por su sabor a nueces y trigo molido) y chistorra].
Para empezar Das Kompater pidió una sopa verde de mariscos que fácilmente pudo ser la comida completa. De plato fuerte pidió un pecho de ternera.
Obvio, Das Kompater probó de todos y cada uno de los platillos de sus acompañantes y aún así, dejó un "huequito" para el postre y digestivo.
El primero fue un helado "Tiramisu", que si bien no es un auténtico italiano, cumple dignamente con el propósito.
Merece mención especial el "Pacharán" (licor, digestivo, cordial o como gusten llamar al pegue para el desempance) fueron dos pegadores vasos chaparros de la espirituosa bebida, que pusieron de mejor ánimo a nuestro amigo.
Tras los alimentos la ligereza corporal dejó de ser constante y poco a poco se convirtió en siesta vespertina.
El resto del día lo pasó alimentando la pereza frente al televisor, sin siquiera prestar atención a lo que proyectaba.
Al día siguiente, le amaneció temprano. A las 5 am fue el primer intento para despertar, a las 6 fue el segundo y a las 6:15 el definitivo.
El motivo de tal desmañanada fue para subir a la montaña con Dora (Giant Yukon FX doble suspensión).
A las 8 am estaba ataviado y listo para subir, sus compañeros de viaje arribaron a tiempo y le guiaron hasta lo que se conoce como Lomas Ahuatlán (donde Der Kompater Zottacko se fracturó la clavícula).
Luego de 3 horas llenas de adrenalina, Das Kompater ya estaba satisfecho de ciclismo y apresuró su regreso a casa.
En el programa del día estaba contemplado asistir al Centro Cultural Helénico para ver "12 hombres en pugna" con la actuación estelar de Ignacio López Tarso.
Pero antes, los padres de nuestro personaje de pacotilla y él mismo disfrutaron de un raro fenómeno citadino: comer al aire libre, sin smog, sin ruido, cerca de 2 avenidas importantes de la ciudad.
La selección fue el Centro Veracruzano ubicado en Av. Miguel Ángel de Quevedo
El menú, podría estar dirigido para los turistas que desean conocer el exotismo de la gastronomía mexicana. O bien, para aquellos conocedores de las delicias veracruzanas que deseen comer como en esas tierras.
Al centro disfrutaron de unos deliciosos Gusanos de maguey a la mantequilla.
El sabor es delicioso, la sensación en la boca tampoco es desagradable (Das Kompater creía que encontraría viscosidad en el bocado pero no hubo tal).
Der Papa V pidió un Chile relleno de frutos del mar (chile ancho, con mariscos), con fresas y kiwi y guacamole como guarnición.
Nataly C comenzó con un "Chilpachole" con picante al gusto y bolitas de maza al fondo.
Después una "Lengua a la veracruzana" (lengua de res cocida en rodajas con una dulce guarnición de verduras a la vinagreta).
Das Kompater prefirió empezar con una tostada de Marlín que no valió la pena y un delicioso "Pascal de pollo" (mole prehispánico hecho con pepitas de calabaza ajonjolí y chile seco). Según la carta, el platillo aparece en el códice florentino. Obviamente se preparaba con Guajolotes, pues el pollo llegó a América después de 1492.
Pero una buena comida veracruzana amerita unos "toritos" bebida tradicional de elaboración casera. Comunmente los "toritos" se preparan con aguardiente de caña, azucar fruta y mucho hielo.En esta ocasión, no fue la excepción, cada uno de los comensales pidió sendos toritos, Nataly C de Mamey, Der Papa V de Guanábana (Anona )y Das Kompater de Cacahuate.
Para aquellos que ni siquiera conozcan estos frutos (obvio el cacahuate no es un fruto sino una nuez) podemos decir que la Guanábana es en esencia muy dulce, su pulpa es fresca y tiene una consistencia similar al mango.
El mamey por su parte es también dulce, pero un poco más sobrio. Su color salmón y su enorme semilla al centro o hueso como los aguacates son sus sellos característicos.
Podemos decir que la Guanábana es como una fiesta tropical, mientras que el mamey es una hermosa velada en la playa. El cacahuate por su parte le da al "torito" un sabor diferente, pues por su consistencia, pareciera una crema de wiskey o algo parecido.
Para evitar la marea calórica (ataque de sueño) Das Kompater se hizo de su tradicional express doble cortado.
La sobremesa fue amena, la cálida tarde, la panza llena y el alcohol en la sangre hizo que Das Kompater sudara un poco, lo suficiente como para sentirse transportado a las hermosas tierras veracruzanas que aún no conoce.
En el Centro Cultural Helénico se vivía otro ambiente. Los perfumes caros, las telas finas y los hombres con bastón (más necesidad que moda) le cambiaron de ambiente a Das Kompater.
Su mente se debatía entre la incomodidad de soportar aromas embriagadores en tal concentración y mezcolanza; por otro lado, la añoranza de aquellos siglos, cuando asistir al teatro o la ópera ameritaba vestimenta de gala.
A veces, Das Kompater se pregunta por qué no nació en otra época, cuando el Jazz estaba de moda, cuando ser periodista era una profesión de renombre y cuando las barberías no estuvieran en peligro de extinción.
Sin embargo, si así hubiera sido, no disfrutaría de Nortec, del ciclismo de montaña y la tecnología.
Der Papa V tuvo el acierto de conseguir boletos para la cuarta fila al centro de escenario. "12 hombres en pugna" es una obra extraordinaria con la que Das Kompater retoma ese gusto por las artes histriónicas.
Sin entrar en detalles sobre la trama, podemos decir que a Das Kompater le agradó porque invita a la reflexión sobre las motivaciones del hombre y los prejuicios.
De alguna forma eso le favorece... pues siempre ha existido un halo de prejuicios hacia Das Kompater... ahora resulta que hasta tiene cara de mujeriego...
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