Das Kompater, mundano, como es... escribió su tesis (mayormente bajo el binomio copy-paste), secó un bonsái de apenas 15 años de edad y se empecina en comprar un perro...
Probablemente su huella en el mundo sea ligera, sin embargo, valora y aprecia las hazañas de quienes se resisten a ser atrapados por la vida ligera y convencional. Por eso, recientemente, bajo la tutela y apoyo de su padre, se comprometió en la adquisición de un departamento...
Por obvias razones, los vecinos se opusieron con mantas, manifestaciones y protestas diarias. Tanto o más enérgicas que las realizadas cuando se construyó Laguna Verde en Veracruz.
Al igual que entonces, las protestas sirvieron para dos cosas: Nada y lo mismo.
Para Das Kompater, las primeras semanas fue como si el "Día de Reyes" se replicara durante 1 mes... abrir cajas, desempacar muebles, romper envolturas.
Poco después vinieron las contradicciones: Hacer la lista de "indispensables" e ignorarla... comerse las palabras anteriores y aceptar la ayuda que Das Kompater dijo que no aceptaría... Renegar del orden y ordenarlo todo... aún así, Das Kompater se puso las pilas, hizo su primera visita al departamento de "Jarcería" donde compró Jergas (con "J") cubetas, detergentes y aromatizantes.
Luego llegaron los utensilios de cocina, las especias y el gusto por cocinar (en realidad es de comer bien... pero el salario sólo alcanza para comprar los ingredientes y viandas y para ahorrarse las propinas, impuestos y ganancias de los restaurantes, lo mejor es cocinar uno mismo.
La voz se corrió y con ella llegó el "Opening" que fue compartir la dicha de tener (como dirían los españoles) un piso.
Como todo depa de soltero, el "refri" (refrigerador-nevera-frigorífico) cuenta con más cervezas que comida.
Pero como Das Kompater es de gustos refinados, en su primera visita al Walmart compró apenas 30 Cervezas extranjeras (Guiness en su mayoría).
Y en apenas su segunda visita al Costco, una caja de vino tinto para hacer "calimochos" (Vino tinto + Soda de Cola).
Poco a poco, Das Kompater se fue adaptando a su nueva vida y los vecinos a su “poco deseable” compañía.
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