Hoy fue uno de esos días. Quizás por la soledad, quizás por la falta de actividades en la oficina o por la vacuidad en su corazón; Das Kompater acudió a su Alma Mater.
Al llegar fue recibido como en aquellos años, cuando una torta de milanesa, con harta mayonesa preparada por las expertas manos de doña Juanita o don Rafa eran su único alimento durante el día.
Primero el saludo afectivo der Hausmeister Säul, luego las siempre en chinga secretarias. Pero sin duda, el más sincero de los abrazos lo recibió en la biblioteca.
Cuando Das Kompater aún era estudiante recibió buenos tratos, cuentas abiertas en la cafetería, libros prestados sin credencial o con fecha abierta para su devolución. incluso en una ocasión la misma biblioteca recibió la instrucción de quitar del sistema dos ejemplares que le serían regalados (los anuarios de Coneicc). Posteriormente algunos otros le fueron obsequiados incluso antes de estamparle los sellos de propiedad escolar.
Así, después de saludar muchas caras conocidas y de sorprenderse por encontrar tantas desconocidas, Das Kompater se sintió mucho mejor, acudió al café de siempre y se reunió con la famosa KGB.
Mientras la plática seguía su curso, admiró el par de zapatitos negros y cuquis que sensualmente portaba una chaparrita. Tras ella su galán. Un rubio sinaloense vestido con un traje de seda plata brillante. Al verlo supo de inmediato que la chica era su tipo... pues ella es la novia de un conocido de Das Kompater, así que la próxima ves que los vea, quizás pueda hacer su movimiento, pues sin duda, ese par de zapatitos cuquis se verían mejor al lado de los suyos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario