viernes, 12 de diciembre de 2008
viernes, 28 de noviembre de 2008
Fiestas Patrias Día 4 Gran Final!
Los "jóvenes" armados de valor y mucha azúcar en la sangre tomaron el camino rumbo al mal
Aparcaron sus vehículos en el poste más cercano y ocuparon una mesa en el susodicho café antes de las 7:30 AM.
Zottacko desayunó:
- Plato volador (Sándwich de jamón, queso y algo más prensado y doradito.
- Café Lechero
Mientras que el menú mañanero fue para Das Kompater:
- Bomba (pan dulce “concha” con frijoles queso).
- Pachola de guanábana (helado de guanábana batido con leche)
Mención aparte merece el "postre":
- Jai Alai (helado de vainilla, flan, crema, mermelada de queso con un panqué y grosella).
Mientras disfrutaban de sus alimentos, observaron que un par de ciclistas cruzaba frente a ellos, rumbo a San Juan de Ulúa. Lugar al que pensaban acudir, pues al ser martes, estaría abierto al público.
Con una mirada tipo hollywoodense acordaron engullir sus alimentos cual boas, pagar la cuenta correr a buscar a los ciclistas.
Sin embargo, el mal servicio del lugar les impidió hacerlo con prontitud.
Así que la idea de alcanzarlos se desvaneció.
La siguiente opción fue: buscar un cajero o ATM.
Pero para su sorpresa, al salir se encontraron a los ciclistas. Eduardo y Emmanuel, dos ciclomontañistas de Boca del Río que religiosamente toman sus vehículos cada fin de semana y entre semana, cuando se puede.
Con sus bicicletas como cartas de recomendación, los ciclistas ejercieron una especie de ritual similar al de los perros que para reconocerse huelen sus partes, los deportistas dedicaron unos minutos para apreciar sus vehículos.
Seguían en ese proceso cuando decidieron acudir a Boca de Río. El cielo, aún triste, lloró mientras los cuatro ciclistas, a veces en una fila y a veces en dos, marchaban por el puerto semidormido.
Conforme se fueron conociendo, fuero también uniendo sus fuerzas contra el viento matutino que desde el Sur soplaba.
Cuando ya llevaban más de la mitad del camino recorrido, apenas comenzaban las presentaciones, que de formales no tuvieron nada. Apenas el nombre de pila.
Al poco rato, la lluvia se intensificó pero poco les importaba, pues lejos de estorbar, les refrescó.
En un paisaje extraño, como aquél relato de "Dama de noche", con el clima que te hace sudar aunque solo esté uno echado a la sombra, los ciclistas surcaron el asfalto cubierto por una delgada capa de agua, mientras una leve llovizna poco a poco se les unió en la ropa.
Tan metidos estaban en su andar que ni cuenta se dieron de haber llegado a "Boca del Río". Y como tal, estaba inundado.
No se trataba de encharcamientos ligeros, sino de riachuelos que cubrían de pared a pared el suelo.
En un punto, Zottacko siguió a "Trek-uel" mientras que Das Kompater seguía a "Specializ-edu" y cada uno tomó rumbos distintos.
En eso estaba, cuando Specializ-edu surcando la banqueta viró a la derecha pero muy cerrado a la esquina y Das Kompater por no querer caerse o rasparse con la esquina, abrió un poco más su giro. Pero al hacerlo encontró una coladera abierta con su llanta delantera y por fuerza de gravedad, cayó en semejante agujero.
En incidente no llegó a mayores proporciones que las de haber tenido el susto de su vida y un leve raspón en la rodilla.
Das Kompater se subió denuevo a su vehículo y retomó el camino, por donde creyó que sus compañeros habían pasado, pero al querer ver la hora en el velocímetro, se dio cuenta de que este se había caído con el golpe.
Así que volvió sobre sus pasos sin muchas esperanzas de volver a ver el aparato. Pero cual sería su sospresa al ver flotando en círculos, sobre el vórtice el pequeño velocímetro.
Al volver sobre el camino andado, recorrieron el centro del minúsculo poblado donde todos se conocen.
La vida en este lugar parecía tan apasible como el correr del agua, que sin mucho afán sigue su eterno camino hacia el mar.
De vuelta a la ciudad, los cuatro ciclistas intercambiaron sonrisas, felices de haber realizado una buena acción.
Das Kompater aún no se logra explicar cómo es posible que un simple vehículo extienda tan fuertes lazos fraternales con quienes de otro modo, serían simples extraños.
Con un abrazo y buenos deseos, los ciclistas se despidieron, no sin antes tomarse la foto del recuerdo.
Ya en la ciudad, Das Kompater y Zottacko regresaron al hotel para darse un baño y saldar sus deudas.
Al salir, Das Kompater deseó sacar provecho de sus "dotes" de periodista y conseguir un buen lugar para comer.
Pero la mala actitud hospitalaria de la recepcionista le quitó las ganas de insistir. Con decir que, la chica ofendió sus deseos de comida local con una propuesta que más parecía mentada: "aquí delante hay un McDonald's".
Semejante grosería para un amante de la comida es inaudito. Sin embargo, Das Kompater hizo oídos sordos y decidió junto con Zottacko encaminarse a la terminal de autobuses y si por casualidad algo decente se cruza frente a ellos... Hacer la respectiva escala.
No había alcanzado a pasar 3 ó 4 cuadras cuando dierón con el lugar perfecto. Justo en la esquina de S. Pérez Abascal y el Blvd. Manuel Ávila Camacho, encontraron el lugar ideal.
Una empanada de Mililla para compartir y sendos filetes especiales (filete de pescado, relleno de mariscos, bañados en salsa de vino blanco y mantequilla). De beber, una jarra de limonada, de esas que sí quitan la sed.
Con la panza llenita, los ciclistas se dirigieron a la terminal de autobuses rebozante de gente. Turistas que decidieron hacer puente esperaron hasta el último momento para comprar el boleto de regreso a sus ciudades.
Por obvias razones, las carreteras hacia el DF se volvieron estacionamientos improvisados y en lugar de llegar a las 8 ó 9 de la noche, arribaron a la terminal de Taxqueña cerca de las 11pm.
Das Kompater, un poco cansado de tanto trajín se recostó un poco en el asiento, para descansar los ojos. Pero apenas sintió que se acomodaba cuando ya se encontraba en el centro de Cuahunahuac.
En cuanto llegaron, sacaron las bicicletas de la cajuela y se prepararon para dirigirse a sus respectivos domicilios. Sin embargo, un pequeño detalle les impedía salir: La bicicleta de Zottacko se resistía a recibir su llanta delantera.
Tras batallar más de 30 minútos encontraron el problema y la solución. Pero, ahora el mayor problema radicaba en el tremendo aguacero que caía sobre la ciudad.
Los impermeables y rompevientos que durante todo el trayecto sólo pasearon ahora era su única defensa de la intemperie. Sin embargo, en el caso de Das Kompater no fue de gran ayuda.
Con las calles de la ciudad hechas ríos, los compañeros de viaje circularon como fantasmas en un pueblo desierto. Sus siluetas apenas distinguibles se anunciaban con luces tintilantes al frente y detrás de sus vehículos. Con la esperanza de ser vistos antes de que fuera demasiado tarde.
La lluvia refrescante selló el viaje. Les ensució la ropa y se les coló hasta lo más profundo; pero en su rostro seguía la sonrisa de haber cumplido con el reto de recorrer 160 kilómetros en 4 días. De haber conocido seres angelicales que sin ningún interés les brindaron la mano, ya sea para darles un consejo, ponerlos en la dirección correcta o alimentar sus cuerpos.
Así concluyó el puente de las fiestas patrias. Felices de ser mexicanos y de descubrir sus secretos abordo de sus bicicletas.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Fiestas Patrias Día 3
Así que se armaron de luces intermitentes para la parte de atrás y otras para el manubrio y casco (una alumbra el camino la otra, hacia donde uno posa la vista).
Por suerte, los implementos no haban sido necesarios hasta ahora que Das Kompater y Zottacko salieron de madrugada hacia la terminal de autobuses.
Como fantasmas en una población aún durmiente, el par de ciclistas rodaron en una mañana fresca, tropical y al mismo tiempo cálida.
En la estación de autobuses, otro de los entes angelicales que acompañaron al par de aventureros: una joven estudiante anónima, proveniente del DF con el mismo espíritu que el par de tlahuicas abordó el primer camión que encontró en la gran ciudad.
Sin boleto de vuelta ni dinero para el mismo se encontraba en Catemaco desde las 5 AM en espera de amanecer.
Para nuestro par de amigos fue como ver su alma en un espejo: soñadora, aventurera, valemadrista. Y como al alma misma que llega a la edad adulta, Das Kompater le dio un mapa de la ciudad: "pa' que no se pierda".
Ya en el camión, el trayecto madrugador fue interesante, lleno de paisajes hermosos que los turistas desperdiciaron en autorretratos. Sin embargo, la ventanilla fue en un momento, como las escenas de algunas películas de bajo presupuesto pero alto valor artístico onda: Everithing its illuminated (sin el rollo balcánico).
En Alvarado, observaron las postales que los obligarán a regresar y al hacer una escala en la ciudad, un desconocido alto, mal encarado y de bigote ralo les dio el mejor de los buenos días: el desayuno.
Para los no iniciados, los volovanes son una especie de empanadas, similares a los pastes hidalguenses, con la diferencia de que la masa es más gruesa, digamos que menos refinada, pero en los de dulce, una pequeña capa de azúcar quemada le da un toque extraordinario.
Solo faltó en champurrado, atole o café lechero para completar el cuadro. Pero según dijeron, el " desayuno", propiamente dicho, prometía para "La Parroquia".
Al llegar el puerto, los 3 volovanes que cada quien comió, ya eran cosa del pasado. Y tras preguntar por algunas direcciones, se dirigieron al malecón.
El nublado amanecer le recordó a Das Kompater las páginas de "Dama de noche", una novela situada en el Puerto de Veracruz, llena de melancolía, lluvias ligeras y bebidas embriagantes.
La primera escala fue para contemplar. Su majestuosidad, su belleza e inmensidad llenaron de alegría el corazón de Das Kompater.
A lo largo del boulevard costero, los ciclistas pasaron alegres entre turistas y locales disfrutando de la vista y los accidentes del suelo para "jugar" un poco, sobre las ruedas.
A los pocos kilómetros, ya se encontraban en el muelle de las estatuas, donde los lugareños, armados de simples tablitas y anzuelos se encontraban pescando.
La siguiente escala obligada debía ser "El Café de la Parroquia", de donde Zottacko tenía gratos recuerdos y Das Kompater, tremenda ilusión.
Tras deliberar sobre cuál de las dos sucursales es más ortodoxa, se apearon dispuestos a encontrar una cara sonriente que les indicara dónde sentarse. Sin embargo, nadie, absolutamente nadie lo hizo.
De inmediato, Das Kompater sacó conclusiones y pensó que se debía al atuendo de su amigo, que iba disfrazado de ciclista. Él, en cambio, sin los guantes y casco pasaba como un turista extravagante, nada más...
Armado con su verbo reporteril y la sonrisa más auténtica que supo imitar, se dirigió a un mesero y en son de broma preguntó a quién debía sobornar para obtener una mesa, al tiempo que buscaba una desocupada.
Con la peor sonrisa fingida, y la mirada de "No me quites el tiempo" el mesero se alejó.
El segundo sujeto tuvo la cortesía de ignorar a Das Kompater y de hacerle el favor de informarle que las mesas se asignan bajo la lógica del apañe.
Con la ilusión hecha pedazos y el coraje entripado junto al hambre, Das Kompater profetizó: "¡Váyanse a la mierda!" y le dijo al buen Zottacko: "Si quieres regresar, lo hacemos, pero me revienta que traten así a la gente". Y así, dieron por concluido el suceso.
El hambre es cabrona, pero el orgullo de Das Kompater lo es aún más... así que cambiaron "La Parroquia" por el hotel, si es que daban con él.
Los aventureros tenía reservada una habitación en el Hostal de Cortés y aunque contaban con la dirección, les faltaba un mapa pa' ubicarse, así que recorrieron 3 veces el malecón, casi de punta a punta. Hasta que finalmente encontraron un lugar que por ser tan grande, descartaron varias veces.
Una vez instalados, decidieron buscar algo de comer y posteriormente, acudir al famoso acuario de Veracruz.
El acuario, está ubicado dentro de una plaza comercial, así que encontrar algo de comer parecía fácil... y lo fue.
El menú fue:
-Caldo de camarón (medio litro de agua pintada con sabor marisco con 3 ó 4 trozos de verduras, según la suerte).
-Mojarra frita (decente) para Das Kompater.
-Mojarra al Chilpotle para Zottacko (la misma que para Das Kompater 20 mins después + salsa chilpotle).
Das Kompater, molesto y frustrado por tan graves fiascos culinarios, perdió el tiempo viendo revistas para bajar la muina, en tanto, Zottacko engullía su pescado de agua dulce.
Al poco rato, hicieron fila entrar al acuario y en unos minutos: ya estaban bajo el agua.
El acuario, aunque en remodelación, es un espectáculo hermosísimo. No importa si vaya de trabajo o por placer, no debe uno faltar.
Al salir, la siguiente parada fue el Fuerte de San Juan de Ulúa. Para llegar ahí, según nos dijeron, es posible acercarse en "ferry" barco o lancha, pero por ser lunes, estaba cerrado y por ende, el transporte también. Aún así, para Das Kompater y Zottacko, no fue problema, ya que abordo de sus bicicletas pudieron llegar.
Para quien vaya en auto, o en bicicleta, se debe rodear el recinto fiscal, que dicho sea de paso: ES ENORME. Pero ofrece un panorama "poco turístico" y más real de la ciudad.
Al llegar, los militares (hay un puesto de la marina ahí) se les quedaron viendo al par de entes extraños.
Con la interrogante en el rostro y la mano en el fusil, les dieron el paso, todavía con desconfianza. -Cualquiera dudaría de ese par, máxime porque Das Kompater iba con el torso desnudo (será de verdad o es un fantasma)-
Detrás de las rejas, o más bien delante, los turistas observaron la magnificencia del lugar, con las nubes acercándose como manto del atardecer.
De regreso, Zottacko demostró que ir y venir en bicicleta, todos los días de su cubil al trabajo, al fin rendía frutos. Pues aunque Das Kompater no se rezagó, tuvo que sacar a relucir el colmillo, dejando que Zottacko corte el aire (que en la costa es mucho) sin esforzarse demasiado.
De vuelta a la ciudad, revelaron su espíritu de turistas japoneses y sacaron fotos de cuantas cosas les llamó la atención.
Tras el agotador paseo, un urgente y merecido baño. Pero, para no decir que llevaron de paseo sus respectivos trajes de baño, decidieron darse un chapuzón en la alberca del hotel.
Para no hacer evidente la mugre y sudor que dejaban sobre la superficie, optaron por sumergirse con clavados tipo bomba y al menos hacer olitas.
La técnica funcionó, pues en lugar de dejar una nata polvo... quedó, lo que en química sería una "solución coloidal".
Ahí permanecieron hasta que el frío se les notó en el pecho y los dedos se les hicieron "pasitas". Tras lo cual, tomaron un baño en la regadera (por separado claro está).
Ya sin las costras de mugre y listos para dar "El Grito de Independencia" se dirigieron a la plaza central, donde entre veracruzanos y turistas clamarían a viva voz: "Viva México".
Para evitarse problemas de estacionamiento, los aventureros dejaron sus bicicletas en el hotel y se encaminaron a la plaza a pie.
Mejor decisión no pudieron haber tomado, pues justo estaba Das Kompater despotricando por su frustrada experiencia culinaria cuando de pronto...
A la mitad de una calle oscura en un barrio viejo, de lo que fuera en Veracruz de antaño, los aventureros tuvieron una revelación casi divina: una tortería.
Se trataba de una tortería, pero no de cualquiera, sino de las famosas: "Tortas Roque". Ubicadas en la calle "1 Mayo".
El lugar es fácilmente distinguible por ser el único sitio repleto de comensales y otros tantos que hacen fila en los "pedidos para llevar".
Las manos expertas de Arturo preparan, como lo ha hecho por más de 20 años.
Los ingredientes son:
Pechuga de Pavo
Pierna de Pavo (y otras partes más "morenas")
Jamón
Frijoles (para la base)
Chorizo (en rodajas y algo seco, casi como salami)
Queso manchego
Aceite de oliva (Prueba irrefutable de ser apto y recomendables para la gente saludable, eso incluye al Yoga teacher)
Salsa "receta secreta" (no podía faltar el toque de misterio)
Pan "media noche" (pan de agua blanco de costra suave y sabor dulce)
Pan micha (opcional en lugar de la "media noche" pero es de mayor tamaño, de aspecto más seco y costra un poco más dura).
Para acompañar... una botanita:
Hígados, corazones cocidos de pollo con cebollas cocidas, chilpotle y la famosa salsa de la "receta secreta".
La mejor manera de echarse la botana a la boca es con una hogaza de pan "micha".
Para bajarse el manjar, la "Zaraza" es la opción. (Soda sabor a naranja y grosella).
Tras haber cumplido las expectativas culinarias de la noche, continuaron su camino hacia el centro de la ciudad.
Unas cuantas cuadras antes de llegar observaron otra expresión artística anónima que bien vale la pena mostrar.
Ya sobre el primer cuadro de la ciudad la aglomeración de gente les indicó la dirección de la reunión. Sin embargo, antes de siquiera poder ver dónde era la plaza central, la masa de gente les impidió el paso.
La sensación de humedad en la piel y la cercanía con el pueblo "jarocho" fue la constante en su lento caminar. Hasta que, sin preámbulo, comenzaron los fuegos artificiales.
Los gritos de alegría, los ojos infantiles maravillados de adultos y niños. La sensación de ser mexicano pese a las diferencias políticas, ocupaciones y estratos sociales.
Pese a la dicha y verbena popular, mientras eso sucedía, a miles de kilómetros de ahí, los gritos de alegría eran gritos de dolor y como hace casi dos siglos, inocentes murieron por culpa de unos cuantos que quieren imponer su ley.
Sin embargo, Zottacko y Das Kompater, ajenos a la situación. Volvieron a pie hacia el hotel.
En el camino, además de borrachines de banqueta, mu-chachas cuya belleza Das Kompater admiró y mu-chachas de las cuales Das Kompater... dudó si eran chachas o chachos. Cabe señalar que el mito de que en jarochilandia abundan... es verdad... que pese a ser un pelafustán de pacotilla, Das Kompater respeta y no discrimina.
Lo único malo es que ahora los hacen tan finos que le puede a uno salir Gavilán y no Paloma.
Para no meterse en problemas, prefirió la seguridad de sorpresas más agradables y al ver un puesto de "raspados" se detuvieron.
Das Kompater iba con la intención de uno "tradicional", por no decir conservador, pero el antojo fue mucho y la curiosidad más.
Zottacko tomó un raspado (hielo hecho frappé) con esencia de Guanábana y leche condensada (para los mexicanos: "La lechera". La combinación es digna de provocar una descompensación de azúcar hasta en un elefante.
Sin embargo, no se compara a la "Gloria" cuyo nombre quizás se refiera al sitio donde uno termina luego de morir por tanto dulce.
La "Gloria" contiene:
Plátano machacado al instante
Esencia de Vainilla
Canela
Lechera
Leche clavel
Grosella
Todo eso en un raspado y todo eso, fue a parar al estómago de Das Kompater que tras engullir tales alimentos, se dirigió a "la camita para hacer mantequita".
¿Qué más podrían hacer? Después de todo, se lo tenía merecido...
martes, 4 de noviembre de 2008
jueves, 23 de octubre de 2008
Bellezas duranguenses...
Ojalá pronto veamos hermosuras como esa que aún sin cinturita llena mis ojos de alegría. Les presento: LA CARTA BLANCA "CAGUAMON"
miércoles, 22 de octubre de 2008
jueves, 16 de octubre de 2008
miércoles, 15 de octubre de 2008
Fiestas Patrias Día 2
A las 6 AM sonó el despertador de Zottacko (primer intento). A las 6:30 sonó el otro despertador de Zottacko, (segundo intento). A las 6:45 sonó el estómago de Das Kompater (intento final) y ambos, tras una breve y pueril guerra de almohadas despertaron.
Debido a las características topográficas de la zona, es posible desayunar algo ligero como fruta y jugos (zumos) a muy bajo costo. Sin embargo, Das Kompater y Zottacko prefirieron algo menos... saludable:
Memela (Tortilla de maíz muy grande, una base de frijoles negros refritos, lechuga picada, queso rallado y pollo desmenuzado)
Una orden de 3 picaditas (tortillas de maíz con la orilla levantada, base de salsa roja -muy picosa- y queso)
2 jugo de naranja.
1 "chocomilk" (leche batida con chocolate en polvo. La penetración de la marca "Chocomilk" hizo que casi cualquier mexicano identifique la bebida con ese nombre).
Con apenas algo de alimento en sus estómagos, tomaron camino hacia el "Salto de Eyipantla".
Apenas eran las 8:30 AM y la humedad ya se sentía en el aire. El cielo apenas clareaba el alba y las aves comenzaron su perenne recorrido de sus moradas a las zonas de alimentación.
Das Kompater y Zottacko emprendieron el camino hacia el "Salto de Eyipantla". El camino no fue muy largo, el viento y la pendiente a su favor aligeró la marcha.
Casi a la mitad del camino entre Catemaco y San Andrés Tuxtla, encontraron la pequeña desviación hacia el "Salto de Eyipantla". Cabe mencionar que la salida es tan pequeña que Zottacko se habría seguido de largo si no hubiera visto a Das Kompater hacerle señas.
En adelante el camino hermoso, largos pastizales flanqueaban la carretera y las copas de los árboles, como enamorados separados por el camino, extienden sus brazos para se unirse y techar el cielo.
A las 9:30, los ciclistas ya se encontraban en el famoso paraje. Por desgracia la afluencia de turistas ya corrompió la infancia de varias criaturas. Que sin siquiera decir "hola" piden dinero.
No obstante, algunos otros están dispuestos a trabajar a cambio de 10 pesos. Tal fue el caso de Daniel, un niño de no más de 11 años que sin ofrecerse aceptó cuidar las bicicletas mientras el par de aventureros descendía los más de 400 escalones hasta el río.
La atracción de lugar obviamente es "el salto" que consiste en una cascada impresionante, por su altura y ubicación, enclavada en la densa vegetación.
Además, a unos metros de la base, es posible disfrutar de mojarras, cervezas y otras bebidas espirituosas.
Por la forma peculiar de viajar el par de intrépidos sólo pudo pedir sendos cocos y tras beber su agua comieron su pulpa.
En eso estaban, cuando de pronto, distinguieron una escuálida figura a la distancia. Se trataba del buen Daniel, quien abandonó su puesto de vigilancia para averiguar dónde se encontraban los dos extraños turistas.
Así pues, no hubo más remedio que invitarle a Daniel algo de coco bañado en limón y chile.
Quizás por la proeza de haber viajado en bicicleta hasta tan hermoso lugar, quizás por la ridiculez de su atuendo o el olor a sudor añejado, una hermosa joven, como en la antigua Grecia coronó las sienes de nuestros amigos con ramitas de albahaca (pal dolor de cabeza y ahuyentar las malas vibras).
De regreso, el camino fue hermoso, Das Kompater llevaba un ritmo tranquilo para no sufrir los problemas del día anterior. Sin embargo, la suerte estaba echada.
Zottacko pidió detenerse en una estación de Gasolina para vaciar el tanque de líquidos y mientras lo hacía las nauseas invadieron a Das Kompater.
En cada respiración, una oleada de mareo y malestar privaba a Das Kompater y así el acto reflejo fue inevitable y echó fuera lo que tan gustosamente se había echado dentro.
Apenas Das Kompater recobró la figura tomaron camino devuelta a Catemaco. Por desgracia al llegar al poblado y como quien pisa tierra santa, Das Kompater tambaleante dio unos pasos antes de hincarse y en plena calle repitió la dosis.
Una vez en el Hotel, se consiguió uno de los remedios de minero más socorridos y aunque ignoraba si funcionaba se auto-recetó una Coca-Cola tibia (no había fría) reposó la panza sintiéndose el hombre con los abdominales más sobresalientes tras haber recorrido cerca de 30 kms y haber vomitado 2 veces.
Si bien el agotamiento los dejó rendidos, el hambre pudo más. Así, se acicalaron tanto como les fue posible para degustar la especialidad de la región: "Tegogoles".
Muy cerca de la playa del brujo, Das Kompater y Zottacko entraron a uno de los restaurantes que les llamó la atención especialmente por no tener pregoneros ni plañideras deseosos de atraer clientes.
El sazón si bien merece ser reconocido, no se acerca a las expectativas que Das Kompater tenía de una zona tan mágica y exótica.
El menú para el par de hambreados fue:
Tegogoles al centro
Sopa de mariscos (aguada y con un picor de carraspera)
Mojarra Tachovi (Picante y sabrosa)
Por desgracia, las actividades físicas de los atletas les impidió ingerir bebidas alcohólicas, sin embargo, un antojo de "Toritos" se adentró en la mente de Das Kompater.
Y dado el poco espacio de tan pequeña mente, cualquier antojo ocupa el 100% de su mente.
Después de comer y reposar un rato la comía, Zottacko y Das Kompater deambularon por la ciudad tanto como se los permitió una lluvia ligera, de esas que dicen: moja-pendejos.
Mientras lo hacían, la idea del "Torito" creció y creció y creyó haber llegado a buen puerto, cuando, "una mexicana que chicharrones vendía..." les dijo donde podrían conseguir la bebida espirituosa.
En repetidas ocasiones el par de tlahuicas se encontraron con sitios donde vendía el concentrado por litro. Sin embargo, dado que viajaban con el equipaje en sus espaldas y las maletas eran pequeñas, comprar un litro solo sería útil si lo bebieran todo, pero de nuevo el riesgo de emborracharse, con la consecuente deshidratación, era un riesgo que no podían correr.
Así que, luego de buscar y buscar, encontraron un sitio donde vendía el "burel" individual con sabor a coco. Pero... ¡oh sorpresa! se trataba de un pésimo helado de coco artificial con "aguardiente" puesto en una copa.
Al parecer, Veracruz se negaba a descubrir sus manjares preciosos en las fauces de Das Kompater.
Desangelado, Das Kompater puso buena cara y junto a Zottacko volvieron al Hotel. Pues a las 6 AM, viajarían al Puerto de Veracruz.
El rayito de alegría fue una de esas imágenes del México surrealista: Una bicicleta alubike trapada en una pipa de agua... pero... ¿porqué no? ¡usando la defensa delantera como rack!
miércoles, 8 de octubre de 2008
jueves, 2 de octubre de 2008
Fiestas Patrias Día 1
Desde que nuestro gañán de pacotilla ingresó a las filas corporativistas trasnacionales, Das Kompater casi no ha gozado de días de asueto. Así que ante cualquier oportunidad de olvidarse del trabajo, hace todo cuanto esté en sus manos para evadirse.
En esta ocasión vio la oportunidad de hacer un "puente" juntando un fin de semana con el famoso "Grito de independencia".
Como muchos chilangos, Das Kompater se dio a la fuga de la gran ciudad, pero a diferencia de muchos, su equipaje de viaje incluyó una bicicleta y de compañero de viaje Der Kompater Zottacko.
En punto de la media noche los Das Kompater y Zottacko junto a sus flamantes bicicletas abordaron el autobús de la aventura rumbo a San Andrés Tuxtla, Veracruz.
Esa, al igual que las noches anteriores, el sueño fue intermitente. El nerviosismo, las ansias de llegar y la emoción de emprender una aventura les apartó de Morfeo. Apenas al clarear el alba, Das Kompater fijo su vista en la carretera que el autobús devoraba a su paso y se imaginó recorrerla junto a Zottacko y Dora (su bicicleta Giant Yukon FX 2008).
A las 8 a.m. arrivaron a su destino sin contratiempos. Sin embargo, en la premura por comezar a pedalear, Zottacko olvidó sus anteojos en el autobús, por lo que solicitamos su recuperación en su siguiente destino: Catemaco, donde el par de exploradores pasarían la noche.
Una vez arreglado ese menester subieron a sus vehículos rumbo a Tres Zapotes, la cuna de la cultura Olmeca.
Pero antes despertaron la fauna estomacal con el siguiente menú:
1 Yogurt
1 Jugo "Del Valle"
1/2 Sándwich o un intento del mismo. (1 cuadro de jamón que no más grande de 10cms x lado y 1 rebanada de queso o sustituto de queso)
El trayecto hacia Tres Zapotes fue de 26kms, la primera etapa tuvo descensos ligeros, algunos ascensos y curvas cerradas en pendientes más pronunciadas, lo que permitió alcanzar una velocidad máxima de 56kms/h. La constante del paisaje fue un verdor revitalizante, altos pastizales flanqueaban el pavimento ausente de baches y otros obstáculos.
La segunda etapa, al llegar a Santiago Tuxtla se tornó un poco más urbano. Sin embargo, a los pocos kilómetros de tomar la desviación hacia "Dos Caminos" y luego hacia "Tres Zapotes" el paisaje se llena de verdor, amplios sembradíos de maíz, pastizales y pequeños poblados ubicados como cuentas de un Rosario, cada cierta distancia. De ahí destaca "Potrero" sus casas coloridas parecieran haber sido sacadas de una postal de mexicaneidad.
En Tres Zapotes, visitaron el museo de sitio donde se exhibe una de las Cabezas Monumentales encontradas en el lugar, así como otros vestigios de la cultura Olmeca.
Encontraron en el único restaurante apto para turistas un filete de res encebollado y sendos jugos para acompañarlo.
Además encontraron una de esas huella de la sabiduría y filosofía urbana, ahí en un poblado lejos del mercantilismo, cerca de las raíces de la cultura mexicana, descubrieron que: "¡El graffiti no daña; el Amor si!"
De regreso, el escenario no fue muy alentador. El viento en contra, la humedad en pleno y el sol abrasador derritiendo el poco cerebro que les quedaba.
Las pausas se volvieron más frecuentes y la sombra, aunque poca, se agradece cual regalo divino. No por nada dice Der Papa V: "Cuando el camino es largo; hasta el sombrero cansa".
Con cada pedaleada, los aventureros dejaron parte de sí, en el camino; ya sea en forma de sudor, hígados y otras secreciones. Hasta que finalmente llegaron al poblado de Santiago Tuxtla.
La parada obligada, además de las tiendas de abarrotes en búsqueda de líquidos, fue el mercado, donde compraron sendos plátanos y naranjas para reponerse del desgaste.
Al buscar una sombra donde protegerse del Sol, se encontraron bajo un techado de lámina frente un par de negocios cerrados.
Das Kompater y Zottacko se encontraban, concentrados en las labores alimenticias y de desollar sus naranjas, sintiendo las miradas curiosas en sus rostros, vestimentas y vehículos.
Al poco rato, un niño de no más de 12 años, se les acercó tímidamente. Su rostro y sus ojos, llenos de ilusión, en sus manos, llevaba un plato cubierto con una servilleta.
Al verlo, Das Kompater y su compinche se miraron extrañados. El niño al notar la reacción, les dijo como a un par de bebés: "Para ustedes".
Con la interrogante en el rostro y el escepticismo de cualquier citadino preguntaron: "¿Cuánto cuestan?"
La mercancía en cuestión eran un par de Sándwiches. Y no tenían precio.
Cual españoles en épocas de descubrimientos, al llegar a las costas la gran Tenochtitlán (si es que hubo tal cosa), el par de exploradores atestiguó la hospitalidad que pudieron haber recibido los conquistadores. Salvo que en lugar piedras y metales preciosos, la ofrenda vino en forma de emparedados.
Darío, al ver a los ciclistas vio materializados algunos de sus sueños, conocer alguien tan apasionado como él del ciclismo.
Al conversar su con él, su amigo y su Mamá supieron que primera instancia el par de Tlahuicas fue confundido con un par de "gringos" (americanos). Sin espíritus malinchistas, Darío sintió que debía contactar a los extranjeros y dejar en ellos su huella. Definitivamente lo hicieron, más allá de lo sabroso de los alimentos.
También fue gracias a ellos que supieron la existencia de un museo local y dos cabezas Olmecas monumentales. Una dentro del museo y otra en la plaza central del pueblo.
El cansancio, la deshidratación, la humedad y falta de energía los obligó a tomar un autobús rumbo a catemaco, donde, les esperaban los anteojos de Zottacko y una suave, cómoda y reconfortante cama para cada quien.
Sin embargo, todas las circunstancias adversas ya habían hecho mella en la condición física de Das Kompater y sin muchas advertencias las náuseas le invadieron haciendo imposible retener en es estómago su contenido. Como si hubiera poco, el ejercicio de sus abdominales, en cada reflejo para volver el estómago, sus músculos se contrajeron al borde del calambre, lo cual lo dejó aún más agotado, así que su única opción fue: ¡dormir!
A media noche, Das Kompater despertó, como alguna veces, sintiéndose ajeno a la cama en la que duerme, adormilado, se hizo las preguntas rigor para salir de dudas: ¿Sólo o acompañado? ¿Casa u hotel?
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Aquél arte extraño
Hace ya más de 20 años, Igor Vladimirov, tuvo uno de los escasísimos momentos de buena onda hacia Das Kompater.
Fue en una pequeña calle cerrada, de esas que tienen una pequeña glorieta en el fondo al rededor de la cual se acomodan ampliamente 5 ó 6 casas que difícilmente entraría en la categoría de pobres.
Dadas las características de las humildes mansiones, sus banquetas son amplias y sin muchas irregularidades, ideales para desplazarse en dos ruedas.
Así, Igor Vladimirov, llevó al joven Das Kompater cual corderito al matadero.
Ya antes, la piel de Das Kompater había resentido las inclemencias de su fraternal cariño. (caer de una yegua o enterrarle un lápiz en la mano por mencionar algunas).
No obstante, la fe ciega que infunde una orden paternal como: "Ve con tu hermano" fue suficiente para despejar todo miedo.
Ya en el sitio, Igor Vladimirov le ordenó a Das Kompater recordar el movimiento que describen sus piernas al usar su afamado "triciclo Apache".
Con esto en mente, notó una sensación de desequilibrio al subirse a aquel aparato de dos ruedas. Sin embargo, la mano "protectora" de Igor Vladimirov que le sostenía del asiento le permitió permanecer un instante en ristre.
Luego de un par de caídas y sendos raspones Das Kompater logró dominar aquél arte extraño llamado: andar en bicicleta...
martes, 9 de septiembre de 2008
Ups & Downs
Hace algunos días (un mes para ser preciso) Das Kompater festejó su cumpleaños.
Cual celebridad que no es… recibió felicitaciones, llamadas, correos, abrazos, bechos, apapachos, reclamos, mentadas de madre, aplausos y dedicatorias extraordinarias.
No importa si fue con una noche de Jazz en el Zinco Jazz Club, una invitación a cenar en Casa Lamm o comer manjares turcos en el Casbah... dos cosas son seguras: durante los festejos hubo buena comida, buena música y mejor compañía.
Desayuno en "El Cardenal", comida en "El Tajín" tarde-noche de billar en el "Malafama" Jazz en el Zinco Jazz Club... ¿qué más se puede pedir?
Por desgracia, esta vez la calma precedió la tormenta. La siguiente semanas después de su onomástico, Das Kompater extravió su Tréo… y el pato le tiró a las escopetas… porque siendo como es… un miembro activo del equipo de Seguridá (con ese tonito) el extraviar un valioso aparatejo como su Treo sin duda fue como machetazo a caballo de espadas…
Para acabarla de amolar.. Das Kompater se vio contagiado por uno de los más comunes y mutantes de los virases: La influeza… mejor conocido como la gripe… y si bien no fue gripe aviar… si fue gripe extranjera contagiada por un gringo loco que vino desde tierras lejanas para hacer trabajar a Das Kompater cual esclavo (en épocas de la esclavitud, claro está). Luego siguieron las constantes pinchaduras de llantas en su amada Dora y para colmo de males… la continua postergación (¿si existe tal palabra?) de compromisos con la famosa KGB.
De aquellos momentos, hace un mes… Das Kompater se queda con haber sido sinceramente recordado desde lejanas tierras como Cd Satélite, la Nva Santa María, San Cristóbal de las Casas, Memphis, Francia o la Agrícola Oriental. Haber recorrido un museo en compañía de Der Papa V.
A pesar de la tormenta, quién se puede quejar de sus circunstancias si tiene la dicha de tener seres tan hermosos a su alrededor. Quizás no estén todos. Pero aún quien quisiera olvidarle, recuerdan a Das Kompater explotar en una carcajada sincera, en una broma sin chiste o una nieve de “higo con tequila” y “coco con ginebra” en la fecha de su cumpleaños.
Cada año tiene sus Ups & Downs y como el chocolate amargo, la vida requiere de un sabor sobrio que haga resaltar los chispazos de dulzura que dan las alegrías.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Just like a drummer
En aquellos días la consigna fue: hagan un videoclip.
Si en ese momento hubiera conocido este video... quizás su calificación habría sido mejor... en fin... sea esta una inspiración para quien estudie Periodismo, Televisión, producción cinematográfica... cualquiera de las materias afines... o simplemente le guste la rolita!
lunes, 25 de agosto de 2008
La pasión por el deporte
Sin embargo, no puede escapar de su entendimiento que detrás de cada justa hay un sin fin de detalles, de personas, de trabajos que se entrelazan para hacer algo memorable.
Sin duda, Michael Phelps ha sido una de las atracciones y en honor a la verdad decidió subir el siguiente video como muestra del gran trabajo que hacen todos los que van a unos Juegos Olímpicos.
Ora que si de periodismo se trata... escuchen con cuidado la narración.
For the foreing guy I suggest you read the subtitles. If I had to title the video it would be: Daddy... I wanna be a Journalist...
Pa quien no pueda ver el vid... Das Kompater les deja una caricatura:
martes, 5 de agosto de 2008
Talento a los 13
lunes, 4 de agosto de 2008
El periodismo como estilo de vida...
Hace algunos días KGB festejó su cumpleaños. Como todo evento de socialité el ambiente fue agradable, lleno de carcajadas, sorpresas, accidentes y delicias gourmet.
Das Kompater disfrutó enormemente convivir de nuevo con periodistas que ejercen su profesión.
Siguiendo el argot, diremos que durante la velada, hubo varias notas, pero la bitácora de Das Kompater prefiere la crónica sobre la noticia...
A eso de las 18:30 horas, Das Kompater y KGB se citaron en un famoso Vips (cadena de restaurantes) para avanzar en la preproducción de un video. Sin embargo, los hábitos alimenticios y exceso de trabajo de oficina, hizo que Das Kompater olvidara la hora de la comida.
Por obvias razones, Das Kompater moría de hambre, así que ordenó, mientras KGB llegaba, una sopa de tortilla, o azteca (caldo de pollo, tiras de tortilla frita, aguacate, chicharrón, queso fresco, queso Oaxaca, crema y un toque de chile pasilla).
De plato fuerte, un Sirloin Steak a la pimienta, vegetales cocidos y papas a la francesa. Para completar su dieta alta en carbohidratos acompañó sus alimentos con una naranjada preparada con agua mineral, jarabe y poco hielo.
No obstante, Das Kompater debía reservar un espacio para el menú de las Pizzabrosas, donde la pequeña KGB decidió festejar su cumpleaños a las 19hrs, así que debió engullir tan rápido como pudo, el sirloin seco y los vegetales batidos.
Sin más contratiempos que el de no poder saborear su comida, Das Kompater acabó con los platillos en un santi-amén pagó la cuenta y aún con restos de res en los dientes subió a un taxi junto a KGB para darse, ahora si, un festín.
En las Pizzabrosas ya los esperaban Der Ausländer y C-si Semiotique armados con una cerveza y una copa de vino.
Das Kompater sucumbió ante los encantos de una "Victoria" helada y con poco apetito (raro en él) apenas tomó dos rebanadas grandes de pizza.
La conversación sin duda fue entretenida, divertida y para variar: enriquecedora.
Con un dejo de desilusión KGB vio disminuir la pizza mientras el tiempo pasaba sin que apareciera el resto de sus invitados.
C-si Semiotique cumplió su augurio de permanecer hasta las 9 y de que mientras ella estuviera ahí no llovería.
La falta de quórum, el inicio de la lluvia y las ganas de caminar hizo que KGB, Der Ausländer y Das Kompater se encaminaran al "Travesares" un curioso restaurante donde no hay una silla igual a otra, el ambiente es ligero y el menú es gourmet.
Poco antes de hacer el cambio de sedes, KGB llamó a sus compañeros de trabajo y aunque sabía que podría estar en altavoz les urgió a demostrar su amistad y no ser: "una bola de ojetes".
Del otro lado de la línea, se hizo un silencio incómodo tanto por los merecedores del adjetivo como del resto de los presentes. Y en todos ellos la imagen tierna y linda de la pequeña KGB... desapareció.
No obstante, nadie interpretó la frase como un verdadero insulto. Más bien como una fraternal llamada de atención, para avisarles del cambio de sede.
Con eso en mente, los periodistas salieron del rotativo en pos de un automóvil de servicio público (taxi) y de encontrar a la pequeña KGB en el Travesares, aunque en sus vivas mentes y amplios estómagos vacíos la pizza seguía en el ambiente.
En el Travesares, Das Kompater ya se encontraba disfrutando su: Express doble cortado, (a diferencia de "Santos" personaje al que, según KGB, se parece Das Kompater) cuando apareció la marabunta de periodistas y luego... llegó Josef.
La primera ronda de cervezas sólo sirvió para abrir el apetito y alegrar más la "entrega-recepción" de regalos; que incluyó un par de películas y una fotografía poco favorecedora de KGB envueltas con un pliego de periódico (específicamente una nota que a KGB le interesaba) El moño tampoco fue casualidad, pues se trató de una pulsera de tela finamente arreglada.
A pesar del buen ambiente las pizzas reclamaban su preponderancia y los periodistas dieron voz al reclamo.
Así que, una vez pagada la cuenta los 16 comensales emprendieron el camino de vuelta a las Pizzabrosas. Sin embargo, la hora, el exceso de hambre y escasez de ingredientes para las pizzas jugó en contra y la peregrinación siguió su errático camino al sur.
Una de las sugerencias fue detenerse en una mezcalería, pero el efecto chillón que produce en nuestro amigo le hizo oponerse rotundamente. Aún así parecía ser la mejor opción.
A los pocos pasos de las Pizzabrosas, encontraron un bar abierto, con mesas y sillones chaparros, luces tenues y música tranquila. El ambiente parecía ser una invitación.
Das Kompater entró para resolver 3 preguntas básicas. Se acercó a la barra y preguntó: ¿Tienes algo de cenar? ¿A qué hora cierran? y... ¿Tienes espacio para 16 personas?
Las respuestas fueron: 1.- pizzettas, 2.-A la 1 de la mañana y... 3.-¡No mames! déjame ver...
Con buen ánimo el barman le dijo a la mesera y la mesera al dueño-capitán. Apenas 15 minutos después ya todos se encontraban sentados y vino la foto del recuerdo. Obviamente debía sacarse antes de que todos estuvieran borrosos...
El menú fue sencillo: todas las pizzettas que había y todas las órdenes de papas que tenían.
De inmediato comenzaron las bromas, los chistes y los traumas por estar saturados de noticias como el News Devine o la operación Jaque para el rescate de Ingrid Betancourt.
Para todos fue una sorpresa el pastel, con todo y velita. El plato decorado con el nombre de la cumpleañera en chocolate mereció varias fotos.
Pero la linda KGB, al escuchar un comentario hilarante, sacó de lo más profundo de su subconciente la ¡Britney señal! Frente a varias cámaras fotográficas (1 x periodista = 14)
Como acto reflejo, sus índices presionaron el obturador de cada cámara y los flashes hicieron por un momento, que la penumbra del bar desapareciera.
En ese momento de luz, Das Kompater entendió: el periodismo no es una profesión, es un estilo de vida...
Para aquellos con curiosidad sobre el antro al que KGB y su marabunta de periodistas invadió, el lugar se llama ECO, antes conocido como el Bar de Fly... dicho sea de paso, se preocupan por el medio ambiente... así lo demuestran con sus lámparas (hechas de materiales reciclados o alternativos) (ej. un candelabro hecho con 500 plumas Bic).
jueves, 17 de julio de 2008
"El Buen Amigo"
A cambio de tan crueles actividades tuvo la oportunidad, tanto de conocer Durango, como de darse el gusto de probar parte de la gastronomía local.
Para Das Kompater, los accidentes no existen, así que se dejó llevar por la corriente de casualidades y del destino, que lo llevaron a la esquina de Laureano Roncal y 20 de Noviembre, donde pudo degustar el desayuno del trabajador duranguense: los Lonches de Barbacoa.
Para empezar, debemos definir lo que es un "lonche". La palabra es un anglisismo de Lunch (almuerzo). Por alguna extraña deformación del imaginario colectivo del chicano, el mojado o el mexicano fronterizo se entendió que el lunch debía ser un sandwich, torta o emparedado (pa' quien no sepa es cualquier cosa que se ponga entre dos pedazos de pan).
Ahora bien, la barbacoa en este caso es una especie de estofado de res, hecho con la cabeza del bovino. Lo más interesante del platillo es la cantidad de cortes que se pueden sacar de esta pieza.
Para quien sea de estómago sensible con las menudencias es mejor no preguntar qué se está comiendo. Si acaso pedir un taco o lonche de macisa, o carne magra, es la major opción.
La selección de Das Kompater fue el lonche de cachete, el complemento ideal es el repollo (col) finamente picada con cilantro y jugo de limón. Pa' beber, una coca-cola helada termina el cuadro.
Una particularidad más de este platillo es el pan.
Según el panadero (al que casualmente conoció Das Kompater) el lonche se prepara con una "telera" (similar a la baguette, o pan de agua con costra). Sin embargo, en este caso su textura se asemeja a la "Semita" (pan típico de puebla) la masa o migajón es porosa, no muy compacta. Digamos pues, se opone a los virotes de Guadalajara.
En resumen, Das Kompater se empacó un sandiwich, o "Lonche", de barbacoa, específicamente de cachete, o macisa, hecha con una "telera", o pan dulce, similar a la semita.
Otro detalle singular, es que su elaboración requiere más de 9 horas de cocción al vapor.
Quien visite Durango no puede perderse de este manjar servido en un pequeño triciclo llamado "El buen amigo".
viernes, 20 de junio de 2008
Jerry… no es un ratón
Sin embargo, para efectos de este relato, debemos aclarar que Jerry no es un ratón. La historia que está a punto de contarnos la famosísima KGB, una excelente periodista aunque reniegue de serlo, encuentra similitudes con los personajes de la caricatura.
Antes de contarles la razón principal por la que por primera vez escribe algo KGB para un blog, no está de más un poco de preámbulo, tal vez así compartirán con esta improvisada autora parte de las sensaciones que provocó el suceso principal de la historia.
Hay mucha gente que disfruta de la compañía de una mascota, generalmente son perros, gatos, peces, ya dentro de algo más complejo roedores, serpientes, arañas y en cantidad de seres vivos que generalmente se encierran en una hermosa y práctica caja de plástico o cristal. Ya dentro de las excentricidades he leído casos y escuchado experiencias de personas que cuidan y adoran a changos, caballos y hasta osos, dentro de espacios poco aptos pero adaptables.
Cuando KGB salió del jardín de niños, sus padres consentidores como cualquiera con una sola hija le regalaron cinco pollitos y un pato. A esa parbulita le llamó la atención ese pequeño palmípedo diferente al resto de las pequeñas bolas amarillas que piaban, incluso el sonido era diferente, algo en ella cambió cuando descubrió en esa ave a su amigo de la infancia, Jerry le llamó.
Ya no lo recuerda pero sospecha que eligió ese nombre porque uno de sus personajes favoritos de las caricaturas de antaño era ese astuto ratón que se escondía de Tom y le daba una dolorosa lección todas las mañanas de sábado en canal 5.
La convivencia que tuvo con ese pato fue extraordinaria, tal vez era sólo la impresión de una niña de 5 años, pero realmente ella consideraba poco común que un pato le siguiera de un lado para otro, que le hiciera compañía al leer, ver la tele y hasta para
dormir. Algo que aún recuerda con melancolía y mucho cariño es que Jerry aprendió a jugar a la pelota, la aventaba con el pico de regreso a su ama.
Con el tiempo el pato creció y con ello la amistad entre niña y ave, sin embargo un accidente provocó que el pobre pato muriera.
Desde entonces KGB recuerda con cariño y tristeza aquel episodio, sin embargo, en lugar de cerrarse ante tal tragedia convivió con varios caninos, entre ellos su adorada y también fallecida Shaolin, una hermosa golden retriever.
Hace algunos meses al sobrinito de KGB llegó a la casa con la misma ilusión infantil con la que su ahora tía disfrutaba meter mascotas y animalitos raros a la casa con la
esperanza de que su madre no gritara muy fuerte esa negativa que con el tiempo se convertía en resignación para alojar a otro espécimen más.
El sobrino llegó con un patito, sus plumas eran diferentes, muy suaves y con un peculiar aroma a campo. KGB no pudo evitar recordar los días más felices de su infancia al lado de un animal parecido y cayó rendida ante sus tiernos ojos.
A partir de ese momento KGB adoptó a un ave que ya no tenía cabida en un departamento de tres recámaras, dos baños y una sala comedor bastante reducida a comparación del lugar donde creció y del cuál se mudó hace 8 años, de donde dejó atrás el recuerdo de su primer y hasta entonces único pato.
Jerry II ocupó un lugar en el pasillo y alcoba de KGB, creció rápidamente y conforme eso pasaba, la dueña perdió la ilusión de contar con el amigo de su infancia, en cambio conoció otro tipo de palmípedo que contiene todas las características que originaron la creación del personaje de Disney, Donald, y el pato de WB Lucas. Es decir, lo enojón y agresivo que puede ser un pato simpático pero irritable.
Este nuevo personaje odia quedarse sólo, grita cada vez que quiere algo de atención y tiene una mirada tierna pero profunda. KGB rápidamente aprendió algo más de los patos… su pico es muy fuerte, tanto que puede arrancar un pedazo de mano o incluso la cara, o peor aún un dedo de tus pies.
Así que ahora, toda la familia de KGB tiene que cuidarse del pato cuando está suelto, porque al estar irritado corre hacia los pies o piernas de cualquiera que se ponga frente a él, y pocas veces se libra de una buena mordida que termina en moretón o hasta en una cortada profunda con un poco de sangre.
Otro detalle interesante intrigante y “exótico” de Jerry II (KGB ha investigado sin mucho éxito los porqués de este fenómeno) es que tiende a buscar las botas (no zapatos, no tenis, no zapatillas ni huaraches) de Aseret G (la progenitora de KGB) para hacer una especie de ritual, el cual podría ser llamado “pisar a la bota”… no se sabe a ciencia cierta qué quiere hacer el pato con la bota pero con un poco de imaginación se podrían generar muchas ideas… sobre todo en la mente sucia de Das Kompater...
Antes de que esta historia se vuelva más descriptiva de lo que ya es… debemos narrar el hecho que provocó esta historia…
Un buen día, a principios de mayo, KGB salió temprano de trabajar con lo ilusión de llegar a casa, tal vez leer un rato o ir a tomar un café, cuando al llamar a su madre para avisar que iba en camino, contestó su padre con un tono dubitativo, el cual fácilmente fue identificado.
Resulta que la madre de KGB había salido corriendo al veterinario con el pato en brazos a buscar asistencia médica.
Inmediatamente KGB tomó medidas necesarias, sacó todo lo que tenía del cajero y corrió hacia la veterinaria.
Al llegar, su madre en compañía de su prima y su sobrino estaban fuera de la clínica en espera del médico. Jerry II estaba en brazos de la madre, quien a su vez tenía
ensangrentada una amplia playera blanca y las manos que detenían parte del cuerpo del pato.
Por más alarmada que estuviera KGB, la primer imagen le tranquilizó, ya que el pato estaba despierto, conciente y en pie; cuando se acercó un poco más a Jerry II, KGB vio la herida, una apertura impresionante en el cuello del pato.
Resulta que otra de las mascotas del sobrinito de KGB llamada Brandy (perra de raza eléctrica, osea corriente-corriente), que vive en el departamento antes descrito, se atrevió a atacar a Jerry II y lo dejó gravemente herido del cuello. Por decirlo de alguna forma, el pato quedó sin piel en la parte inferior del cuello y el lomo, entre ambas alas.
Cuando finalmente se contó con la asistencia médica, el veterinario explicó que era
necesario reconstruir el cuello del ave y al tratar de unir la piel que quedaba con plumas, se podía apreciar que no sería tan fácil. Sin embargo el veterinario se veía más preocupado porque el pato soportara la anestesia a lo complicado de la operación.
La primer inyección dejó dormido al pato en poco tiempo e inmediatamente fue llevado atrás del consultorio donde sin que KGB pudiera ver lo que hacía el veterinario, sólo se podía escuchar el ruido de la rasuradota que quitaba parte de las plumas que rodeaban la herida.
En tres horas, lo único que KGB pudo hacer era recordar el episodio de su infancia y se preguntaba si este nuevo suceso tendría el mismo desenlace.
Después de la cirugía, toda la familia de KGB salió del consultorio con el pato en brazos, recién operado y con la consigna de observarlo durante la noche para ver cómo respondía a la anestesia.
Fue una noche muy larga para KGB y Jerry II, el pato terco como una mula, despertó a las 2 de la madrugada con ganas de caminar, morder o “pisar la bota”, cuando realmente el sedante no le permitía erguir por completo su cuello, por lo que parecía que su cabeza se estrellaría con el piso en cualquier momento y por ende la herida recién cocida duraría poco en su lugar.
El temor era grande y KGB lo único que quería era evitar que Jerry II sufriera más, no podía evitar en pensar en el sacrificio en lugar de permitir que el dolor siguiera… pero por alguna extraña razón el pato insistía en despertar. Entonces KGB recapacitó y decidió estar despierta en todo momento y cuidar de su nuevo amigo.
Gracias a la madre de KGB, el pato pudo descansar contra la pared recargado en varios trozos de tela y una almohada, mientras que KGB detenía con su mano el cuello del pato para que no se moviera más.
A eso de las 6 de la mañana Jerry II parecía haber superado la anestesia y por sus movimientos ya estaba reaccionando correctamente. Era notorio el cuidado que el pato tenía al moverse, sin embargo estaba sediento y con mucha hambre, eso era buen signo.
Finalmente Jerry II sobrevivió y sigue vivito y coleando como un pato cualquiera, sólo que con un pequeño “lifting” en el cuello, que definitivamente no lo hace verse más joven.
La cicatriz tardó el mes entero en cubrirse de nuevo por plumas y aun se ve la herida y la piel morada cuando se moja. Afortunada o desafortunadamente Jerry II ha vuelto a las andadas, sigue “pisando la bota” y correteando los pies de la familia.
Por supuesto que Brandy, como si se tratara de Tom, estará castigada por el resto de su vida y no tiene permitido acceder a ninguna de las áreas del departamento, con excepción de la sala.
Por cierto… para aquellos que se preocuparon por el destino y salud de Jerry II, KGB expresa su eterno agradecimiento.
Espero que esta historia les haya agradado aunque sea un poco.
jueves, 19 de junio de 2008
Destino a la mano...
Es curioso el hecho porque Das Kompater hizo un amplio estudio sobre la ciudadanía poco antes de ser coptado por las fuerzas de la Seguridá.
Más curioso aún es que a últimas fechas Das Kompater sea un simple ciudadano. Un hombre (si es que se le puede llamar así) sin sueños.
Quizás por eso sale tarde de trabajo, llama a quien esté disponible y se arma "un plan". Llena su estómago con manjares, su mente con placeres terrenales y su corazón, alguna vez lleno de dicha y calor ahora añora tiempos remotos.
Quizás por eso, como la canción de Emmanuel "Quiere dormir cansado". Los días pasan uno a uno, alimentando las esperanzas de épocas mejores, deseando un futuro bueno. Sabe que el presente es pasajero, que es "mientras" sale algo mejor. Pero no sale nada. No busca nada que es aún peor...
Hubo un tiempo, cuando Das Kompater, apenas sobrevivía con una torta de milanesa con mucha mayonesa y un boing de fresa o mango en la HHH Septién. En aquél entonces $20 pesos eran suficientes. Podía vivir con $200 pesos a la semana y aún le alcanzaba para cigarros.
Luego llegaron los tiempos de Starbucks, del "Earl Grey Venti con espacio para leche", 2 sobres de azúcar de mascabado, cocoa espolvoreada y una nube de leche servida mientras se revuelve en endulcorante completaban el cuadro.
Los "Panninis Omelette" en la mañana, el "Marmoleado canadiense" al medio día y un pastel o muffin en la noche.
Los jueves del Café la Habana, donde todavía se pueden ver periodistas platicando de política, grillas y cosas peores.
Después llegaron las noches de Pizzabrosas, la especialidad de la casa la pizza que no aparece en el menú: Salchicha italiana, albahaca y aceitunas negras. Los mapas mentales, los diagramas de flujo e ideas de proyectos plasmados en manteles de papel destrasa o servilletas de Starbucks.
Hace más de un año, la suerte le favoreció frente a 2 periodistas más. La suerte o quizás el destino le sonrieron.
Tantas veces deseo estar en nómina, pertenecer a una empresa transnacional y ahora... ahora es un ciudadano, es aún menos, pues para el imperio romano, aquel que es ajeno a su entorno deja de ser sujeto y se vuelve objeto.
Han pasado muchos días desde que dejó su pueblo, han pasado muchos rostros sonrientes que le dieron apoyo, comida, sustento y alegrías.
Das Kompater se resiste a ser lo que es. Cada día camina rumbo a su trabajo pero sin un rumbo en la vida.
Lleva la mirada atenta como le enseñaron en los cursos, para no ser sorprendido. Pero hubo un tiempo cuando las sorpresas le daban alegría.
Hoy su mayor ilusión es ver a Dora, retar a la vida, la naturaleza e incluso Dios.
Hace poco Das Kompater se reunió con colegas y amigos periodistas. Al calor de "calimochos", cervezas y botanas rió como hace mucho no lo hacía.
Recordó y revivió aquellos años estudiantiles. También descubrió una faceta desconocida de su antigua mentora, C-si Semiotique: ella sabe leer la mano.
Obviamente a Das Kompater le ganó la curiosidad y quiso saber que le depara el futuro.
La revelación más llegadora no fue que por a'i de su quinta década de vida pueda perder la misma... sino que su mayor problema en la vida es la decepción... como la de Don Juan... que busca el amor perfecto y nunca lo encuentra...
Das Kompater busca y buscará hasta encontrarlo.... quizás algún día, como Ulises volver a Ítaca, después de 25 años... cuando llegue el alba.
sábado, 14 de junio de 2008
Family weekend
Quizás la soledad, el exceso de trabajo o algún extraño fenómeno provocado por la edad, lo han hecho volver a sus orígenes.
El caso es que como hace varios años no pasaba, Das Kompater disfrutó de un fin de semana familiar.
El sábado comenzó al ritmo de "trip to ensenada" pero rumbo Ahuatepec, osea "trip to Ahuatepec" donde recientemente se celebró una carrera de XC (cross country) de ciclismo de montaña.
El paisaje es una delicia para la mirada. El bosque inunda la vista, la vereda indica el camino a seguir y aunque apenas son 8 ó 9 kilómetros de circuito, el terreno permite retar al cuerpo y la bicicleta.
A medio día, Das Kompater tomó un urgente y merecido baño, tras el cual, departió los alimentos con Der Papa V, Der Sisterna, su cuñado Fabel Begne y el buen Matus Fabel Chinois (Der Kompater sobrinito).
La mesa fue puesta en el "Mateo", donde en antes se encontraba la "Fonda Tlahuica". La veldá se trató de una bacanal ¡de antología!
El menú fue: "Plato Mateo" al centro [aros de calamar, tortilla española, queso manchego, jamón serrano, morcilla (lo mejor delplato por su sabor a nueces y trigo molido) y chistorra].
Para empezar Das Kompater pidió una sopa verde de mariscos que fácilmente pudo ser la comida completa. De plato fuerte pidió un pecho de ternera.
Obvio, Das Kompater probó de todos y cada uno de los platillos de sus acompañantes y aún así, dejó un "huequito" para el postre y digestivo.
El primero fue un helado "Tiramisu", que si bien no es un auténtico italiano, cumple dignamente con el propósito.
Merece mención especial el "Pacharán" (licor, digestivo, cordial o como gusten llamar al pegue para el desempance) fueron dos pegadores vasos chaparros de la espirituosa bebida, que pusieron de mejor ánimo a nuestro amigo.
Tras los alimentos la ligereza corporal dejó de ser constante y poco a poco se convirtió en siesta vespertina.
El resto del día lo pasó alimentando la pereza frente al televisor, sin siquiera prestar atención a lo que proyectaba.
Al día siguiente, le amaneció temprano. A las 5 am fue el primer intento para despertar, a las 6 fue el segundo y a las 6:15 el definitivo.
El motivo de tal desmañanada fue para subir a la montaña con Dora (Giant Yukon FX doble suspensión).
A las 8 am estaba ataviado y listo para subir, sus compañeros de viaje arribaron a tiempo y le guiaron hasta lo que se conoce como Lomas Ahuatlán (donde Der Kompater Zottacko se fracturó la clavícula).
Luego de 3 horas llenas de adrenalina, Das Kompater ya estaba satisfecho de ciclismo y apresuró su regreso a casa.
En el programa del día estaba contemplado asistir al Centro Cultural Helénico para ver "12 hombres en pugna" con la actuación estelar de Ignacio López Tarso.
Pero antes, los padres de nuestro personaje de pacotilla y él mismo disfrutaron de un raro fenómeno citadino: comer al aire libre, sin smog, sin ruido, cerca de 2 avenidas importantes de la ciudad.
La selección fue el Centro Veracruzano ubicado en Av. Miguel Ángel de Quevedo
El menú, podría estar dirigido para los turistas que desean conocer el exotismo de la gastronomía mexicana. O bien, para aquellos conocedores de las delicias veracruzanas que deseen comer como en esas tierras.
Al centro disfrutaron de unos deliciosos Gusanos de maguey a la mantequilla.
El sabor es delicioso, la sensación en la boca tampoco es desagradable (Das Kompater creía que encontraría viscosidad en el bocado pero no hubo tal).
Der Papa V pidió un Chile relleno de frutos del mar (chile ancho, con mariscos), con fresas y kiwi y guacamole como guarnición.
Nataly C comenzó con un "Chilpachole" con picante al gusto y bolitas de maza al fondo.
Después una "Lengua a la veracruzana" (lengua de res cocida en rodajas con una dulce guarnición de verduras a la vinagreta).
Das Kompater prefirió empezar con una tostada de Marlín que no valió la pena y un delicioso "Pascal de pollo" (mole prehispánico hecho con pepitas de calabaza ajonjolí y chile seco). Según la carta, el platillo aparece en el códice florentino. Obviamente se preparaba con Guajolotes, pues el pollo llegó a América después de 1492.
Pero una buena comida veracruzana amerita unos "toritos" bebida tradicional de elaboración casera. Comunmente los "toritos" se preparan con aguardiente de caña, azucar fruta y mucho hielo.En esta ocasión, no fue la excepción, cada uno de los comensales pidió sendos toritos, Nataly C de Mamey, Der Papa V de Guanábana (Anona )y Das Kompater de Cacahuate.
Para aquellos que ni siquiera conozcan estos frutos (obvio el cacahuate no es un fruto sino una nuez) podemos decir que la Guanábana es en esencia muy dulce, su pulpa es fresca y tiene una consistencia similar al mango.
El mamey por su parte es también dulce, pero un poco más sobrio. Su color salmón y su enorme semilla al centro o hueso como los aguacates son sus sellos característicos.
Podemos decir que la Guanábana es como una fiesta tropical, mientras que el mamey es una hermosa velada en la playa. El cacahuate por su parte le da al "torito" un sabor diferente, pues por su consistencia, pareciera una crema de wiskey o algo parecido.
Para evitar la marea calórica (ataque de sueño) Das Kompater se hizo de su tradicional express doble cortado.
La sobremesa fue amena, la cálida tarde, la panza llena y el alcohol en la sangre hizo que Das Kompater sudara un poco, lo suficiente como para sentirse transportado a las hermosas tierras veracruzanas que aún no conoce.
En el Centro Cultural Helénico se vivía otro ambiente. Los perfumes caros, las telas finas y los hombres con bastón (más necesidad que moda) le cambiaron de ambiente a Das Kompater.
Su mente se debatía entre la incomodidad de soportar aromas embriagadores en tal concentración y mezcolanza; por otro lado, la añoranza de aquellos siglos, cuando asistir al teatro o la ópera ameritaba vestimenta de gala.
A veces, Das Kompater se pregunta por qué no nació en otra época, cuando el Jazz estaba de moda, cuando ser periodista era una profesión de renombre y cuando las barberías no estuvieran en peligro de extinción.
Sin embargo, si así hubiera sido, no disfrutaría de Nortec, del ciclismo de montaña y la tecnología.
Der Papa V tuvo el acierto de conseguir boletos para la cuarta fila al centro de escenario. "12 hombres en pugna" es una obra extraordinaria con la que Das Kompater retoma ese gusto por las artes histriónicas.
Sin entrar en detalles sobre la trama, podemos decir que a Das Kompater le agradó porque invita a la reflexión sobre las motivaciones del hombre y los prejuicios.
De alguna forma eso le favorece... pues siempre ha existido un halo de prejuicios hacia Das Kompater... ahora resulta que hasta tiene cara de mujeriego...