viernes, 5 de febrero de 2010
La objetividad de un periodista
En resumen, la nota es que la ANEP sugiere a las más de mil instituciones educativas, no permitir a las brigadas de vacunación, realizar la inoculación dentro de sus instalaciones.
Si bien suena irracional la medida, hay un trasfondo, algunos padres de familia han demandado a las escuelas asociadas por permitir la inoculación sin su consentimiento expreso.
Carlos Puig, periodista de renombre, al cual escucho diariamente, en el noticiario "Hoy por hoy", pretendió dar las dos versiones de la información al entrevistar al presidente de la Anep Severo Arellano y a un funcionario de la SSA.
Lo relevante se presentó cuando Puig, descalificó tooodas y cada una de los argumentos de Arellano.
Si bien es cierto que Arellano fue pobre en su defensa y se metió en "camisa de once varas", cuando mencionó que las vacunas, al contener mercurio son un potencial riesgo para que los niños contraigan "Autismo".
Más allá de los supuestos riesgos de la vacuna contra la influenza AH1N1, es un hecho que los padres tienen el derecho de saber qué pasa con sus hijos e incluso decidir si desean ser vacunados.
El trasfondo de la discusión no era el autismo, sino el derecho de los padres a conocer sobre el proceder de las autoridades con sus hijos.
Por el otro lado, las escuelas deben proteger ese derecho pues los niños están bajo su resguardo durante el horario de clases.
Así que de no hacerlo, son cómplices y verdugos, si la vacuna contiene o no mercurio o si ésta los hace propensos al autismo es lo de menos. El hecho es que los padres deben saber qué pasa con sus hijos.
De inmediato, Das Kompater, argüendero como es, intentó comunicarse al programa de radio para hacer saber su punto de vista.
Sin embargo, su comentario no fue leído, pero los comentarios previos y posteriores al de Das Kompater pasaron íntegros al aire. Acaso habrá sido porque el suyo no era acorde a la opinión de Puig.
En fin, Das Kompater puede agradecerle a Puig la inspiración para este post.
lunes, 7 de diciembre de 2009
¡El Primero!
La vida es para arriesgarse. Hay quien lo hace por cualquier cosa y quien se toma su tiempo para ponderar que tanto puede uno perder.
Hace tiempo, Das Kompater dilucidaba frente al televisor, si las pelusas de su ombligo es producto de la generación espotánea o de aquellas la acumulación de mugre...
Mientras lo hacía se percató de un hecho científicamente comprobado por los estudiosos de las cosas triviales y sin importancia: Ante situaciones de peligro, los grupos de animales, congéneres y/o amigos, se pasman.
La primera reacción instintiva es quedarse quieto, como los roedores que al ver un ave rapaz detienen su actividad, con la esperanza de que el ave no los hay visto.
Igualmente los pingüinos adolecentes, al borde de los riscos de hielo, se detienen frente al abismo, hasta que uno de ellos, sea por instinto, por valor o porque el exceso de congéneres, poco a poco lo empujan; se avienta al agua y tras de él, el segundo y así sucesivamente, van hasta que no queda uno sólo de la parvada.
Con el mismo valor, gallardía o ignorancia, Der Kompater Ponko, se aventuró en el largo proyecto de vida que signifca, la vida marital.
Así, frente al altar, junto a una hermosa Kommater Olgui, llenos los dos de sueños, ilusiones y buenos deseos, se dieron el "Si".
La catedral de Cuernavaca fue el escenario ante Dios. Mientras que en el enlace civil, ese que cuenta en los tribunales, tuvo como testigos, además de amigos y parientes en "petit commité" a un cisne. ¡Si! un hermoso plumífero albo y encantador, que acompañó a la pareja en la firma de documentos.
Como era de esperarse, el miedo de Das Kompater, de Zottacko y Rafusun se hizo presente y bastante justificado: Ya saltó el primer pingüino... ¿quién es el siguiente?
jueves, 26 de noviembre de 2009
Laguna Verde en San Pedro de los Pinos
Das Kompater, mundano, como es... escribió su tesis (mayormente bajo el binomio copy-paste), secó un bonsái de apenas 15 años de edad y se empecina en comprar un perro...
Probablemente su huella en el mundo sea ligera, sin embargo, valora y aprecia las hazañas de quienes se resisten a ser atrapados por la vida ligera y convencional. Por eso, recientemente, bajo la tutela y apoyo de su padre, se comprometió en la adquisición de un departamento...
Por obvias razones, los vecinos se opusieron con mantas, manifestaciones y protestas diarias. Tanto o más enérgicas que las realizadas cuando se construyó Laguna Verde en Veracruz.
Al igual que entonces, las protestas sirvieron para dos cosas: Nada y lo mismo.
Para Das Kompater, las primeras semanas fue como si el "Día de Reyes" se replicara durante 1 mes... abrir cajas, desempacar muebles, romper envolturas.
Poco después vinieron las contradicciones: Hacer la lista de "indispensables" e ignorarla... comerse las palabras anteriores y aceptar la ayuda que Das Kompater dijo que no aceptaría... Renegar del orden y ordenarlo todo... aún así, Das Kompater se puso las pilas, hizo su primera visita al departamento de "Jarcería" donde compró Jergas (con "J") cubetas, detergentes y aromatizantes.
Luego llegaron los utensilios de cocina, las especias y el gusto por cocinar (en realidad es de comer bien... pero el salario sólo alcanza para comprar los ingredientes y viandas y para ahorrarse las propinas, impuestos y ganancias de los restaurantes, lo mejor es cocinar uno mismo.
La voz se corrió y con ella llegó el "Opening" que fue compartir la dicha de tener (como dirían los españoles) un piso.
Como todo depa de soltero, el "refri" (refrigerador-nevera-frigorífico) cuenta con más cervezas que comida.
Pero como Das Kompater es de gustos refinados, en su primera visita al Walmart compró apenas 30 Cervezas extranjeras (Guiness en su mayoría).
Y en apenas su segunda visita al Costco, una caja de vino tinto para hacer "calimochos" (Vino tinto + Soda de Cola).
Poco a poco, Das Kompater se fue adaptando a su nueva vida y los vecinos a su “poco deseable” compañía.
martes, 28 de abril de 2009
La Cochina Gripe... o la influenza porcina
Sin ánimos de ponerse loco con predicciones catastrofistas de Pandemia, Das Kompater les sugiere tomar sus previsiones y almacenar la siguiente cantidad de alimentos (POR PERSONA), especialmente para aquellos que vivan en la Ciudad de México (Eviten aglomeraciones y compras de pánico).
Productos Básicos (Por persona)
– 1–2 kg de azúcar
– 1–2 l/kg de aceite o margarina
– 1–2 kg de arroz y/o pasta
– 1–2 kg de harina
– 6 litros de agua mineral
– 6 litros de agua potable.
Productos adicionales (en cantidades que se ajusten a su familia)
– Verduras, fruta, pescado o carne enlatados
– Verduras deshidratadas, almidones nutritivos deshidratados (por ejemplo, polenta, mijo deshidratado)
– Cereales, galletas y pan seco, chocolate
– Patés, mermeladas, miel, jarabe
– Sopas enlatas o listas para preparar, caldo en cubos o en lata
– Sal, pimienta, hierbas aromáticas deshidratadas
– Levadura deshidratada
– Refrescos, agua, té y café
– Leche en polvo, leche ultrapasteurizada, leche en lata
– Alimento para animales domésticos (si corresponde).
Adicionalmente no olvide:
Tener completas las recetas médicas pertinentes.
Objetos de aseo personal
– Jabón (líquido y en barras)
– Gel de baño/ducha
– Cepillo y pasta de dientes
Medicamentos:
Para adultos y niños mayores de 14 años (aprox 4 personas):
– Ibuprofeno 400 mg comprimidos o cápsulas: 30 u.
– Acido acetilsalicilico 500 mg, sobres: 50 u.
– Paracetamol 500 mg: 1 caja por persona
– Pastillas para la garganta: 1 caja por persona
– Spray nasal: 1 frasco por persona
– Enjuague bucal (que contenga clorhexidina): 1–2 frascos
– Desinfectante para manos: 250 ml a base de alcohol
– Pomada antibiótica (que contenga yodo):1 u.
– Apósitos protectores (tiritas), gasas, desinfectante cutáneo y 1–2 vendas elásticas
Para niños menores de 14 años
– Ibuprofeno jarabe o paracetamol jarabe o comprimidos masticables: 1 envase por niño, dosis en mg/kg de peso corporal según prescripción médica
Elementos de limpieza y otros
– Jabón líquido para limpiar superficies, esponjas y paños de limpieza
– Bolsas de basura, cerillos, velas, pilas (linternas), aceite (lámparas de aceite)
– Papel higiénico y pañuelos de papel
– Para los animales domésticos: arena para gatos o pájaros, etc.
– Guarde dinero en efectivo suficiente en un lugar seguro de su casa.
Si va a salir no olvide llevar su tapabocas puesto… los desechables son útiles sólo durante 2 horas… existen otros más caros pero mejores, tales como las mascarillas para polvo con la denominación FFP3, HEPA o N95.
Si no consigue ningún tipo de tapabocas, use un pañuelo o mascada como alternativa… no haga como el siguiente.
viernes, 20 de marzo de 2009
Paseo Cuernavaca -Tepoztlán.
Dicen, los que saben, que el paseo comenzó como una remembranza de la carrera: "El Calvario" Tepoztlán.
Hay que mencionar que de esto, ya han pasado más de 40 años.
Para los extranjeros, neofitos o no iniciados, debemos aclarar que "El Calvario" es un sitio turístico famosón dentro de Cuernavaca. Se podría decir que es una iglesia que antiguamente se encontraba en las afueras de la ciudad (hoy casi en pleno centrol).
Das Kompadre ignora a ciencia cierta por qué se llama así. probablemente sea en alusión a las representaciones de "La Pasión de Cristo" que se realizan en Semana Santa, aunque Das Kompater nunca ha visto una en esa iglesia. Sin embargo, esto sería muy probable, si consideramos que "El Calvario" se encuentra en la cima de una colina y los penitentes, podrían subir con las cruces a cuestas.
También es necesario mencionar que "El Calvario" se encuentra en la Avenida Morelos, como aquellos monumentos, puestos a borde de carretera, en los pequeños pueblos ubicados como cuentas en el interminable rosario del camino.
Cuernavaca poco a poco fue creciendo, pero la Avenida Morelos, sigue siendo una importante vialidad que transcurre a lo largo de la ciudad y une la carrwetera "Libre México Cuernavaca" con la carretera libre a Acapulco.
El paseo ciclista, es una delicia, sin duda, cada vez que uno pedalea hacia tepoztlán, existe la garantía de disfrutar el trayecto, sin embargo, al tratarse de un paseo, uno se despreocupa de los autos, de la mala vibra de los conductores y hasta de los golpes de viento provocado por los autobuses "Ometochtli" .
Para la ocasión Das Kompater se hizo acompañar por Zottacko, quien sin mucho rogarle, aceptó la propuesta.
Al encuentro llegaron también famosos personajes como InterSerge y su esposa Laurubike. También se encontraron a un viejo amigo, cuyo nombre no pudieron recordar, pues en su mente sólo estaba su apodo, que por cierto le desagradaba en demasía.
Das Kompater varias veces estuvo cerca de ser golpeado por usar dicho apodo en la secundaria. Más recientemente, durante una comida-reencuentro de aquellos años, cometió la tontería de presentar a su acompañante con su amigo y en vez de decir su nombre dijo: "Apodo impronunciable" te presento a... la mirada de hombre aquél se tornó oscula y sus ojos inyectados denotaron enojo, sin embargo, sonrió y dijo su nombre.
Por obvias razones, ni Zottacko ni Das Kompater se animaron a preguntarle el nombre. Y cada vez que se encontraban, sonreían y ascentía cada quien con la cabeza.
Antes de partir, se tomaron la foto "Oficial", misma que debió una mención larga, pues el fotógrafo y organizador explicó que hace 10 años se tomó la misma fotografía y recalcó la importancia de acudir a estos paseos, que fomentan la cultura de respwto hacia el ciclista.
Sin embargo, dado el egocentrismo de Das Kompater, lo más relevante no fue eso, sino encontrarse en la antigua fotografía de hace 10 años.
El paseo recorrió algunas de las calles más importantes de Cuernavaca, como Av. Morelos. También pasaron por lo que fuera el pueblo de Tlaltenango, la Glorieta de Zapata, la Glorieta de la Paloma, Ocotepec, Ahuatepec, la desviación a San Andrés de la Cal y finalmente: Tepoztlán.
Hace 10 años, cuando Das Kompater se hizo acompañar por Rafusun, el ayuntamiento de Tepoztlán celebró la llegada de los ciclistas con una comilona digna de un "bodorrio" (Boda).
Por extraño que parezca, Das Kompater aún recuerda el menú: Arroz rojo, Pollo con Mole, Cervezas y naranjas dulces para los deshidratados.
Sin embargo, en esta ocasión, los ciclistas se conformaron con ser recibidos por otros turistas que desconcertados examinaron de pies a casco sus atuendos y vehículos.
Aquello parecía convención de perros: unos a otros examinándose. No hubo necesidad de olisquear sus partes íntimas, con sólo ver la bicicleta que portaban cada uno supo quién era quién y a qué clan pertenecían (los de ruta; los de montaña, con todo y sus subdivisiones; los de BMX y los ocasionales).
No faltaron las bromas, los chistes, los "aventados" que desde la cola rebasaron el pelotón como si persiguieran "los puntos de la montaña" o los rezagados, que dejaron tras de sí su orgullo y condición para finalmente ser rebazados por niños y viejitos.
Lo importante fue el paseo, fue hacerse notar, demostrar una vez más que los ciclistas son parte de Morelos y que Morelos les pertenece y construye, que lo mismo aman brincar una banqueta, un "single track" en la montaña o surcar el descenso de Cañón de Lobos a 80 km/h.
Das Kompater, como siempre sintió un escalofrío recorrer sus mejillas, cuando escuchó en medio de la carretera, sin vehículos motorizados a la redonda, el suave rumor de los ciclistas tocar el pavimento. Quizás sea esa la razón por la que cada año, si es posible, se les une en este tradicional recorrido.
jueves, 19 de marzo de 2009
jueves, 12 de marzo de 2009
La Ruta de los Conventos vs Das Kompater & Zottacko
La "ruta" no es más que un recorrido por los poblados dentro del Estado de Morelos cuyos atractivos principales son las edificaciones conventuales que las diferentes órdenes religiosas construyeron a su paso por la región.
La relevancia de estos sitios recae en su antigüedad, belleza arquitectónica o preponderancia histórica.
Luego de pensarle un rato (3 semanas) Das Kompater decidió convencer al Kompater Zottacko, para que lo acompañara en el recorrido, o al menos lo llevara hasta Tetela del Volcán, punto más alejado de su ruta, el de mayor altitud y por ende, el de mayor dificultad.
El plan era perfecto, con la salvedad de que Zottacko tenía que atender un compromiso familiar-social, que le impedía acompañar a Das Kompater, mas no para llevarlo hasta Tetela del Volcán.
El mero día del recorrido, se levantaron temprano y ataviados, cada cual para la ocasión, montaron la bicicleta de Das Kompater en el auto y partieron hacia las frías tierras de Tetela del Volcán.
Para llegar ahí, Das Kompater que decía tener mayor experiencia en esos rumbos, instruyó a Zottacko dirigirse rumbo a Cuautla.
Una vez que se encontraron en la HHH ciudad de Cuautla, supusieron que debían tomar la desviación a Puebla, dado que el Volcán Popocatepetl es la frontera de los 3 Estados, Morelos, Puebla y Estado de México.
Sin embargo, no previeron… (y Das Kompater no recordó) que sobre la avenida principal hay dos desviaciones, la primera, misma que tomaron, rumbo a Puebla. Y la segunda rumbo a Yecapixtla, Ocuituco y… ¡TETELA DEL VOLCÁN!
El pequeño error, los desvió más de 40 kilómetros de su destino, sin embargo, no les apartó de los hermosos paisajes, llenos de vida, color, cerros pardos, verdes y azules. Hermosos paisajes de la provincia morelense, dignas estampas que bien pudieron aparecer al reverso de una cajita de cerillos "Clásicos" de Jorge Cázares.
Tras retomar el rumbo y arribar a su destino (casi 1 hora después) desayunaron tacos de pollo y bebidas energéticas, Zottacko canceló su reunión familiar para dedicar su día al encuentro con los pueblos morelenses y sus conventos.
Luego de apreciar la extraña belleza del Convento de Tetela del Volcán, Das Kompater se puso su discreta chamarra verde fluorescente, se persignó como sólo los ateos lo hacen (con desesperada fe ciega y en nombre de un desconocido) y se subió a "La Maja" (Orbea Enol Asphalt, 2007).
Como pocas veces sintió la adrenalina en su cuerpo, el aire helado en su rostro, en sus brazos y piernas. Sintió como pocas veces la fragilidad de su cuerpo ante las circunstancias: la inclinación de la pendiente, las curvas cerradas y el pavimento accidentado de ese primer tramo.
Con el pasar de los kilómetros, le hicieron sentirse cual deportista extremo.
El trayecto entre Tetela del Volcán y Ocuituco no es muy largo, apenas unos 7 kilómetro.
Al llegar a Ocuituco sintió el fluir de la sangre en sus venas.
Con el aliento recuperado, Das Kompater y Zottacko, aparcaron cada quien sus vehículos.
El convento los recibió con un atrio amplio, un camino de piedras y un frío interesante.
Dentro, en el patio, una fuente de "Leones", similar a la que se encuentra en La Alhambra de Granada.
El convento de Ocuituco es el primero que los agustinos fundaron en América en 1533 y frente a él aún se observa la fuente de las Sirenas que, aunque deterioradas siguen enhiestas.
Con algunas fotografías recién tomadas, los "dos amigous" optaron por treparse a sus vehículos y seguir las indicaciones de protección civil, en caso de que el Volcán haga erupción.
Los señalamientos los llevaron a Yecapixtla, poblado famoso por su deliciosa cecina (Carne de res, salada, rebanada en largas sábanas) por su suavidad y grosor, apenas unos minutos en el comal son necesarios para echarse un bocado y así lo hicieron, simulando ser dos turistas indecisos de comprar las viandas.
Cada cual se echó un taco y aceptó comprar 1 kilo de la famosa carne.
Además de probar las nieves de maracuyá y xoconostle, admiraron el extraño hecho de ver un Rosetón gótico, en un convento hasta cierto punto austero, sin ningún otro detalle de ese estilo arquitectónico.
Con las piernas algo entumidas, Das Kompater subió a "La Maja" mientras Zottacko se trepó a su auto, para juntos emprender el viaje de regreso a Cuaunahuac, la ciudad de la eterna primavera.
Con el sol cayéndole a plomo, el viento helado, signo de la cercanía con los volcanes, Das Kompater y Zottacko transitaron la casi interminable recta hacia Cuautla, siendo el siguiente punto de referencia Cocoyoc, sin embargo, el cansancio, el sol y sin duda la pésima condición física de Das Kompater le hizo abortar la misión, tragarse su orgullo y subirse al auto, para volver a Cuernavaca.
A los pocos días, para ser exacto, el 1 de enero de 2009, Das Kompater Volvió a Yecapixtla, a bordo de “La Maja”. Esta vez, el trayecto de iga y vuelta fue de 102 kilómetros, lo que incluyó el ascenso y descenso del famoso “Cañón de Lobos”, lo cuál lo dejó tan cansado, que desde esa fecha no ha vuelto a tocar a “La Maja”.
miércoles, 14 de enero de 2009
viernes, 12 de diciembre de 2008
viernes, 28 de noviembre de 2008
Fiestas Patrias Día 4 Gran Final!
Los "jóvenes" armados de valor y mucha azúcar en la sangre tomaron el camino rumbo al mal
Aparcaron sus vehículos en el poste más cercano y ocuparon una mesa en el susodicho café antes de las 7:30 AM.
Zottacko desayunó:
- Plato volador (Sándwich de jamón, queso y algo más prensado y doradito.
- Café Lechero
Mientras que el menú mañanero fue para Das Kompater:
- Bomba (pan dulce “concha” con frijoles queso).
- Pachola de guanábana (helado de guanábana batido con leche)
Mención aparte merece el "postre":
- Jai Alai (helado de vainilla, flan, crema, mermelada de queso con un panqué y grosella).
Mientras disfrutaban de sus alimentos, observaron que un par de ciclistas cruzaba frente a ellos, rumbo a San Juan de Ulúa. Lugar al que pensaban acudir, pues al ser martes, estaría abierto al público.
Con una mirada tipo hollywoodense acordaron engullir sus alimentos cual boas, pagar la cuenta correr a buscar a los ciclistas.
Sin embargo, el mal servicio del lugar les impidió hacerlo con prontitud.
Así que la idea de alcanzarlos se desvaneció.
La siguiente opción fue: buscar un cajero o ATM.
Pero para su sorpresa, al salir se encontraron a los ciclistas. Eduardo y Emmanuel, dos ciclomontañistas de Boca del Río que religiosamente toman sus vehículos cada fin de semana y entre semana, cuando se puede.
Con sus bicicletas como cartas de recomendación, los ciclistas ejercieron una especie de ritual similar al de los perros que para reconocerse huelen sus partes, los deportistas dedicaron unos minutos para apreciar sus vehículos.
Seguían en ese proceso cuando decidieron acudir a Boca de Río. El cielo, aún triste, lloró mientras los cuatro ciclistas, a veces en una fila y a veces en dos, marchaban por el puerto semidormido.
Conforme se fueron conociendo, fuero también uniendo sus fuerzas contra el viento matutino que desde el Sur soplaba.
Cuando ya llevaban más de la mitad del camino recorrido, apenas comenzaban las presentaciones, que de formales no tuvieron nada. Apenas el nombre de pila.
Al poco rato, la lluvia se intensificó pero poco les importaba, pues lejos de estorbar, les refrescó.
En un paisaje extraño, como aquél relato de "Dama de noche", con el clima que te hace sudar aunque solo esté uno echado a la sombra, los ciclistas surcaron el asfalto cubierto por una delgada capa de agua, mientras una leve llovizna poco a poco se les unió en la ropa.
Tan metidos estaban en su andar que ni cuenta se dieron de haber llegado a "Boca del Río". Y como tal, estaba inundado.
No se trataba de encharcamientos ligeros, sino de riachuelos que cubrían de pared a pared el suelo.
En un punto, Zottacko siguió a "Trek-uel" mientras que Das Kompater seguía a "Specializ-edu" y cada uno tomó rumbos distintos.
En eso estaba, cuando Specializ-edu surcando la banqueta viró a la derecha pero muy cerrado a la esquina y Das Kompater por no querer caerse o rasparse con la esquina, abrió un poco más su giro. Pero al hacerlo encontró una coladera abierta con su llanta delantera y por fuerza de gravedad, cayó en semejante agujero.
En incidente no llegó a mayores proporciones que las de haber tenido el susto de su vida y un leve raspón en la rodilla.
Das Kompater se subió denuevo a su vehículo y retomó el camino, por donde creyó que sus compañeros habían pasado, pero al querer ver la hora en el velocímetro, se dio cuenta de que este se había caído con el golpe.
Así que volvió sobre sus pasos sin muchas esperanzas de volver a ver el aparato. Pero cual sería su sospresa al ver flotando en círculos, sobre el vórtice el pequeño velocímetro.
Al volver sobre el camino andado, recorrieron el centro del minúsculo poblado donde todos se conocen.
La vida en este lugar parecía tan apasible como el correr del agua, que sin mucho afán sigue su eterno camino hacia el mar.
De vuelta a la ciudad, los cuatro ciclistas intercambiaron sonrisas, felices de haber realizado una buena acción.
Das Kompater aún no se logra explicar cómo es posible que un simple vehículo extienda tan fuertes lazos fraternales con quienes de otro modo, serían simples extraños.
Con un abrazo y buenos deseos, los ciclistas se despidieron, no sin antes tomarse la foto del recuerdo.
Ya en la ciudad, Das Kompater y Zottacko regresaron al hotel para darse un baño y saldar sus deudas.
Al salir, Das Kompater deseó sacar provecho de sus "dotes" de periodista y conseguir un buen lugar para comer.
Pero la mala actitud hospitalaria de la recepcionista le quitó las ganas de insistir. Con decir que, la chica ofendió sus deseos de comida local con una propuesta que más parecía mentada: "aquí delante hay un McDonald's".
Semejante grosería para un amante de la comida es inaudito. Sin embargo, Das Kompater hizo oídos sordos y decidió junto con Zottacko encaminarse a la terminal de autobuses y si por casualidad algo decente se cruza frente a ellos... Hacer la respectiva escala.
No había alcanzado a pasar 3 ó 4 cuadras cuando dierón con el lugar perfecto. Justo en la esquina de S. Pérez Abascal y el Blvd. Manuel Ávila Camacho, encontraron el lugar ideal.
Una empanada de Mililla para compartir y sendos filetes especiales (filete de pescado, relleno de mariscos, bañados en salsa de vino blanco y mantequilla). De beber, una jarra de limonada, de esas que sí quitan la sed.
Con la panza llenita, los ciclistas se dirigieron a la terminal de autobuses rebozante de gente. Turistas que decidieron hacer puente esperaron hasta el último momento para comprar el boleto de regreso a sus ciudades.
Por obvias razones, las carreteras hacia el DF se volvieron estacionamientos improvisados y en lugar de llegar a las 8 ó 9 de la noche, arribaron a la terminal de Taxqueña cerca de las 11pm.
Das Kompater, un poco cansado de tanto trajín se recostó un poco en el asiento, para descansar los ojos. Pero apenas sintió que se acomodaba cuando ya se encontraba en el centro de Cuahunahuac.
En cuanto llegaron, sacaron las bicicletas de la cajuela y se prepararon para dirigirse a sus respectivos domicilios. Sin embargo, un pequeño detalle les impedía salir: La bicicleta de Zottacko se resistía a recibir su llanta delantera.
Tras batallar más de 30 minútos encontraron el problema y la solución. Pero, ahora el mayor problema radicaba en el tremendo aguacero que caía sobre la ciudad.
Los impermeables y rompevientos que durante todo el trayecto sólo pasearon ahora era su única defensa de la intemperie. Sin embargo, en el caso de Das Kompater no fue de gran ayuda.
Con las calles de la ciudad hechas ríos, los compañeros de viaje circularon como fantasmas en un pueblo desierto. Sus siluetas apenas distinguibles se anunciaban con luces tintilantes al frente y detrás de sus vehículos. Con la esperanza de ser vistos antes de que fuera demasiado tarde.
La lluvia refrescante selló el viaje. Les ensució la ropa y se les coló hasta lo más profundo; pero en su rostro seguía la sonrisa de haber cumplido con el reto de recorrer 160 kilómetros en 4 días. De haber conocido seres angelicales que sin ningún interés les brindaron la mano, ya sea para darles un consejo, ponerlos en la dirección correcta o alimentar sus cuerpos.
Así concluyó el puente de las fiestas patrias. Felices de ser mexicanos y de descubrir sus secretos abordo de sus bicicletas.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Fiestas Patrias Día 3
Así que se armaron de luces intermitentes para la parte de atrás y otras para el manubrio y casco (una alumbra el camino la otra, hacia donde uno posa la vista).
Por suerte, los implementos no haban sido necesarios hasta ahora que Das Kompater y Zottacko salieron de madrugada hacia la terminal de autobuses.
Como fantasmas en una población aún durmiente, el par de ciclistas rodaron en una mañana fresca, tropical y al mismo tiempo cálida.
En la estación de autobuses, otro de los entes angelicales que acompañaron al par de aventureros: una joven estudiante anónima, proveniente del DF con el mismo espíritu que el par de tlahuicas abordó el primer camión que encontró en la gran ciudad.
Sin boleto de vuelta ni dinero para el mismo se encontraba en Catemaco desde las 5 AM en espera de amanecer.
Para nuestro par de amigos fue como ver su alma en un espejo: soñadora, aventurera, valemadrista. Y como al alma misma que llega a la edad adulta, Das Kompater le dio un mapa de la ciudad: "pa' que no se pierda".
Ya en el camión, el trayecto madrugador fue interesante, lleno de paisajes hermosos que los turistas desperdiciaron en autorretratos. Sin embargo, la ventanilla fue en un momento, como las escenas de algunas películas de bajo presupuesto pero alto valor artístico onda: Everithing its illuminated (sin el rollo balcánico).
En Alvarado, observaron las postales que los obligarán a regresar y al hacer una escala en la ciudad, un desconocido alto, mal encarado y de bigote ralo les dio el mejor de los buenos días: el desayuno.
Para los no iniciados, los volovanes son una especie de empanadas, similares a los pastes hidalguenses, con la diferencia de que la masa es más gruesa, digamos que menos refinada, pero en los de dulce, una pequeña capa de azúcar quemada le da un toque extraordinario.
Solo faltó en champurrado, atole o café lechero para completar el cuadro. Pero según dijeron, el " desayuno", propiamente dicho, prometía para "La Parroquia".
Al llegar el puerto, los 3 volovanes que cada quien comió, ya eran cosa del pasado. Y tras preguntar por algunas direcciones, se dirigieron al malecón.
El nublado amanecer le recordó a Das Kompater las páginas de "Dama de noche", una novela situada en el Puerto de Veracruz, llena de melancolía, lluvias ligeras y bebidas embriagantes.
La primera escala fue para contemplar. Su majestuosidad, su belleza e inmensidad llenaron de alegría el corazón de Das Kompater.
A lo largo del boulevard costero, los ciclistas pasaron alegres entre turistas y locales disfrutando de la vista y los accidentes del suelo para "jugar" un poco, sobre las ruedas.
A los pocos kilómetros, ya se encontraban en el muelle de las estatuas, donde los lugareños, armados de simples tablitas y anzuelos se encontraban pescando.
La siguiente escala obligada debía ser "El Café de la Parroquia", de donde Zottacko tenía gratos recuerdos y Das Kompater, tremenda ilusión.
Tras deliberar sobre cuál de las dos sucursales es más ortodoxa, se apearon dispuestos a encontrar una cara sonriente que les indicara dónde sentarse. Sin embargo, nadie, absolutamente nadie lo hizo.
De inmediato, Das Kompater sacó conclusiones y pensó que se debía al atuendo de su amigo, que iba disfrazado de ciclista. Él, en cambio, sin los guantes y casco pasaba como un turista extravagante, nada más...
Armado con su verbo reporteril y la sonrisa más auténtica que supo imitar, se dirigió a un mesero y en son de broma preguntó a quién debía sobornar para obtener una mesa, al tiempo que buscaba una desocupada.
Con la peor sonrisa fingida, y la mirada de "No me quites el tiempo" el mesero se alejó.
El segundo sujeto tuvo la cortesía de ignorar a Das Kompater y de hacerle el favor de informarle que las mesas se asignan bajo la lógica del apañe.
Con la ilusión hecha pedazos y el coraje entripado junto al hambre, Das Kompater profetizó: "¡Váyanse a la mierda!" y le dijo al buen Zottacko: "Si quieres regresar, lo hacemos, pero me revienta que traten así a la gente". Y así, dieron por concluido el suceso.
El hambre es cabrona, pero el orgullo de Das Kompater lo es aún más... así que cambiaron "La Parroquia" por el hotel, si es que daban con él.
Los aventureros tenía reservada una habitación en el Hostal de Cortés y aunque contaban con la dirección, les faltaba un mapa pa' ubicarse, así que recorrieron 3 veces el malecón, casi de punta a punta. Hasta que finalmente encontraron un lugar que por ser tan grande, descartaron varias veces.
Una vez instalados, decidieron buscar algo de comer y posteriormente, acudir al famoso acuario de Veracruz.
El acuario, está ubicado dentro de una plaza comercial, así que encontrar algo de comer parecía fácil... y lo fue.
El menú fue:
-Caldo de camarón (medio litro de agua pintada con sabor marisco con 3 ó 4 trozos de verduras, según la suerte).
-Mojarra frita (decente) para Das Kompater.
-Mojarra al Chilpotle para Zottacko (la misma que para Das Kompater 20 mins después + salsa chilpotle).
Das Kompater, molesto y frustrado por tan graves fiascos culinarios, perdió el tiempo viendo revistas para bajar la muina, en tanto, Zottacko engullía su pescado de agua dulce.
Al poco rato, hicieron fila entrar al acuario y en unos minutos: ya estaban bajo el agua.
El acuario, aunque en remodelación, es un espectáculo hermosísimo. No importa si vaya de trabajo o por placer, no debe uno faltar.
Al salir, la siguiente parada fue el Fuerte de San Juan de Ulúa. Para llegar ahí, según nos dijeron, es posible acercarse en "ferry" barco o lancha, pero por ser lunes, estaba cerrado y por ende, el transporte también. Aún así, para Das Kompater y Zottacko, no fue problema, ya que abordo de sus bicicletas pudieron llegar.
Para quien vaya en auto, o en bicicleta, se debe rodear el recinto fiscal, que dicho sea de paso: ES ENORME. Pero ofrece un panorama "poco turístico" y más real de la ciudad.
Al llegar, los militares (hay un puesto de la marina ahí) se les quedaron viendo al par de entes extraños.
Con la interrogante en el rostro y la mano en el fusil, les dieron el paso, todavía con desconfianza. -Cualquiera dudaría de ese par, máxime porque Das Kompater iba con el torso desnudo (será de verdad o es un fantasma)-
Detrás de las rejas, o más bien delante, los turistas observaron la magnificencia del lugar, con las nubes acercándose como manto del atardecer.
De regreso, Zottacko demostró que ir y venir en bicicleta, todos los días de su cubil al trabajo, al fin rendía frutos. Pues aunque Das Kompater no se rezagó, tuvo que sacar a relucir el colmillo, dejando que Zottacko corte el aire (que en la costa es mucho) sin esforzarse demasiado.
De vuelta a la ciudad, revelaron su espíritu de turistas japoneses y sacaron fotos de cuantas cosas les llamó la atención.
Tras el agotador paseo, un urgente y merecido baño. Pero, para no decir que llevaron de paseo sus respectivos trajes de baño, decidieron darse un chapuzón en la alberca del hotel.
Para no hacer evidente la mugre y sudor que dejaban sobre la superficie, optaron por sumergirse con clavados tipo bomba y al menos hacer olitas.
La técnica funcionó, pues en lugar de dejar una nata polvo... quedó, lo que en química sería una "solución coloidal".
Ahí permanecieron hasta que el frío se les notó en el pecho y los dedos se les hicieron "pasitas". Tras lo cual, tomaron un baño en la regadera (por separado claro está).
Ya sin las costras de mugre y listos para dar "El Grito de Independencia" se dirigieron a la plaza central, donde entre veracruzanos y turistas clamarían a viva voz: "Viva México".
Para evitarse problemas de estacionamiento, los aventureros dejaron sus bicicletas en el hotel y se encaminaron a la plaza a pie.
Mejor decisión no pudieron haber tomado, pues justo estaba Das Kompater despotricando por su frustrada experiencia culinaria cuando de pronto...
A la mitad de una calle oscura en un barrio viejo, de lo que fuera en Veracruz de antaño, los aventureros tuvieron una revelación casi divina: una tortería.
Se trataba de una tortería, pero no de cualquiera, sino de las famosas: "Tortas Roque". Ubicadas en la calle "1 Mayo".
El lugar es fácilmente distinguible por ser el único sitio repleto de comensales y otros tantos que hacen fila en los "pedidos para llevar".
Las manos expertas de Arturo preparan, como lo ha hecho por más de 20 años.
Los ingredientes son:
Pechuga de Pavo
Pierna de Pavo (y otras partes más "morenas")
Jamón
Frijoles (para la base)
Chorizo (en rodajas y algo seco, casi como salami)
Queso manchego
Aceite de oliva (Prueba irrefutable de ser apto y recomendables para la gente saludable, eso incluye al Yoga teacher)
Salsa "receta secreta" (no podía faltar el toque de misterio)
Pan "media noche" (pan de agua blanco de costra suave y sabor dulce)
Pan micha (opcional en lugar de la "media noche" pero es de mayor tamaño, de aspecto más seco y costra un poco más dura).
Para acompañar... una botanita:
Hígados, corazones cocidos de pollo con cebollas cocidas, chilpotle y la famosa salsa de la "receta secreta".
La mejor manera de echarse la botana a la boca es con una hogaza de pan "micha".
Para bajarse el manjar, la "Zaraza" es la opción. (Soda sabor a naranja y grosella).
Tras haber cumplido las expectativas culinarias de la noche, continuaron su camino hacia el centro de la ciudad.
Unas cuantas cuadras antes de llegar observaron otra expresión artística anónima que bien vale la pena mostrar.
Ya sobre el primer cuadro de la ciudad la aglomeración de gente les indicó la dirección de la reunión. Sin embargo, antes de siquiera poder ver dónde era la plaza central, la masa de gente les impidió el paso.
La sensación de humedad en la piel y la cercanía con el pueblo "jarocho" fue la constante en su lento caminar. Hasta que, sin preámbulo, comenzaron los fuegos artificiales.
Los gritos de alegría, los ojos infantiles maravillados de adultos y niños. La sensación de ser mexicano pese a las diferencias políticas, ocupaciones y estratos sociales.
Pese a la dicha y verbena popular, mientras eso sucedía, a miles de kilómetros de ahí, los gritos de alegría eran gritos de dolor y como hace casi dos siglos, inocentes murieron por culpa de unos cuantos que quieren imponer su ley.
Sin embargo, Zottacko y Das Kompater, ajenos a la situación. Volvieron a pie hacia el hotel.
En el camino, además de borrachines de banqueta, mu-chachas cuya belleza Das Kompater admiró y mu-chachas de las cuales Das Kompater... dudó si eran chachas o chachos. Cabe señalar que el mito de que en jarochilandia abundan... es verdad... que pese a ser un pelafustán de pacotilla, Das Kompater respeta y no discrimina.
Lo único malo es que ahora los hacen tan finos que le puede a uno salir Gavilán y no Paloma.
Para no meterse en problemas, prefirió la seguridad de sorpresas más agradables y al ver un puesto de "raspados" se detuvieron.
Das Kompater iba con la intención de uno "tradicional", por no decir conservador, pero el antojo fue mucho y la curiosidad más.
Zottacko tomó un raspado (hielo hecho frappé) con esencia de Guanábana y leche condensada (para los mexicanos: "La lechera". La combinación es digna de provocar una descompensación de azúcar hasta en un elefante.
Sin embargo, no se compara a la "Gloria" cuyo nombre quizás se refiera al sitio donde uno termina luego de morir por tanto dulce.
La "Gloria" contiene:
Plátano machacado al instante
Esencia de Vainilla
Canela
Lechera
Leche clavel
Grosella
Todo eso en un raspado y todo eso, fue a parar al estómago de Das Kompater que tras engullir tales alimentos, se dirigió a "la camita para hacer mantequita".
¿Qué más podrían hacer? Después de todo, se lo tenía merecido...
martes, 4 de noviembre de 2008
jueves, 23 de octubre de 2008
Bellezas duranguenses...
Ojalá pronto veamos hermosuras como esa que aún sin cinturita llena mis ojos de alegría. Les presento: LA CARTA BLANCA "CAGUAMON"
miércoles, 22 de octubre de 2008
jueves, 16 de octubre de 2008
miércoles, 15 de octubre de 2008
Fiestas Patrias Día 2
A las 6 AM sonó el despertador de Zottacko (primer intento). A las 6:30 sonó el otro despertador de Zottacko, (segundo intento). A las 6:45 sonó el estómago de Das Kompater (intento final) y ambos, tras una breve y pueril guerra de almohadas despertaron.
Debido a las características topográficas de la zona, es posible desayunar algo ligero como fruta y jugos (zumos) a muy bajo costo. Sin embargo, Das Kompater y Zottacko prefirieron algo menos... saludable:
Memela (Tortilla de maíz muy grande, una base de frijoles negros refritos, lechuga picada, queso rallado y pollo desmenuzado)
Una orden de 3 picaditas (tortillas de maíz con la orilla levantada, base de salsa roja -muy picosa- y queso)
2 jugo de naranja.
1 "chocomilk" (leche batida con chocolate en polvo. La penetración de la marca "Chocomilk" hizo que casi cualquier mexicano identifique la bebida con ese nombre).
Con apenas algo de alimento en sus estómagos, tomaron camino hacia el "Salto de Eyipantla".
Apenas eran las 8:30 AM y la humedad ya se sentía en el aire. El cielo apenas clareaba el alba y las aves comenzaron su perenne recorrido de sus moradas a las zonas de alimentación.
Das Kompater y Zottacko emprendieron el camino hacia el "Salto de Eyipantla". El camino no fue muy largo, el viento y la pendiente a su favor aligeró la marcha.
Casi a la mitad del camino entre Catemaco y San Andrés Tuxtla, encontraron la pequeña desviación hacia el "Salto de Eyipantla". Cabe mencionar que la salida es tan pequeña que Zottacko se habría seguido de largo si no hubiera visto a Das Kompater hacerle señas.
En adelante el camino hermoso, largos pastizales flanqueaban la carretera y las copas de los árboles, como enamorados separados por el camino, extienden sus brazos para se unirse y techar el cielo.
A las 9:30, los ciclistas ya se encontraban en el famoso paraje. Por desgracia la afluencia de turistas ya corrompió la infancia de varias criaturas. Que sin siquiera decir "hola" piden dinero.
No obstante, algunos otros están dispuestos a trabajar a cambio de 10 pesos. Tal fue el caso de Daniel, un niño de no más de 11 años que sin ofrecerse aceptó cuidar las bicicletas mientras el par de aventureros descendía los más de 400 escalones hasta el río.
La atracción de lugar obviamente es "el salto" que consiste en una cascada impresionante, por su altura y ubicación, enclavada en la densa vegetación.
Además, a unos metros de la base, es posible disfrutar de mojarras, cervezas y otras bebidas espirituosas.
Por la forma peculiar de viajar el par de intrépidos sólo pudo pedir sendos cocos y tras beber su agua comieron su pulpa.
En eso estaban, cuando de pronto, distinguieron una escuálida figura a la distancia. Se trataba del buen Daniel, quien abandonó su puesto de vigilancia para averiguar dónde se encontraban los dos extraños turistas.
Así pues, no hubo más remedio que invitarle a Daniel algo de coco bañado en limón y chile.
Quizás por la proeza de haber viajado en bicicleta hasta tan hermoso lugar, quizás por la ridiculez de su atuendo o el olor a sudor añejado, una hermosa joven, como en la antigua Grecia coronó las sienes de nuestros amigos con ramitas de albahaca (pal dolor de cabeza y ahuyentar las malas vibras).
De regreso, el camino fue hermoso, Das Kompater llevaba un ritmo tranquilo para no sufrir los problemas del día anterior. Sin embargo, la suerte estaba echada.
Zottacko pidió detenerse en una estación de Gasolina para vaciar el tanque de líquidos y mientras lo hacía las nauseas invadieron a Das Kompater.
En cada respiración, una oleada de mareo y malestar privaba a Das Kompater y así el acto reflejo fue inevitable y echó fuera lo que tan gustosamente se había echado dentro.
Apenas Das Kompater recobró la figura tomaron camino devuelta a Catemaco. Por desgracia al llegar al poblado y como quien pisa tierra santa, Das Kompater tambaleante dio unos pasos antes de hincarse y en plena calle repitió la dosis.
Una vez en el Hotel, se consiguió uno de los remedios de minero más socorridos y aunque ignoraba si funcionaba se auto-recetó una Coca-Cola tibia (no había fría) reposó la panza sintiéndose el hombre con los abdominales más sobresalientes tras haber recorrido cerca de 30 kms y haber vomitado 2 veces.
Si bien el agotamiento los dejó rendidos, el hambre pudo más. Así, se acicalaron tanto como les fue posible para degustar la especialidad de la región: "Tegogoles".
Muy cerca de la playa del brujo, Das Kompater y Zottacko entraron a uno de los restaurantes que les llamó la atención especialmente por no tener pregoneros ni plañideras deseosos de atraer clientes.
El sazón si bien merece ser reconocido, no se acerca a las expectativas que Das Kompater tenía de una zona tan mágica y exótica.
El menú para el par de hambreados fue:
Tegogoles al centro
Sopa de mariscos (aguada y con un picor de carraspera)
Mojarra Tachovi (Picante y sabrosa)
Por desgracia, las actividades físicas de los atletas les impidió ingerir bebidas alcohólicas, sin embargo, un antojo de "Toritos" se adentró en la mente de Das Kompater.
Y dado el poco espacio de tan pequeña mente, cualquier antojo ocupa el 100% de su mente.
Después de comer y reposar un rato la comía, Zottacko y Das Kompater deambularon por la ciudad tanto como se los permitió una lluvia ligera, de esas que dicen: moja-pendejos.
Mientras lo hacían, la idea del "Torito" creció y creció y creyó haber llegado a buen puerto, cuando, "una mexicana que chicharrones vendía..." les dijo donde podrían conseguir la bebida espirituosa.
En repetidas ocasiones el par de tlahuicas se encontraron con sitios donde vendía el concentrado por litro. Sin embargo, dado que viajaban con el equipaje en sus espaldas y las maletas eran pequeñas, comprar un litro solo sería útil si lo bebieran todo, pero de nuevo el riesgo de emborracharse, con la consecuente deshidratación, era un riesgo que no podían correr.
Así que, luego de buscar y buscar, encontraron un sitio donde vendía el "burel" individual con sabor a coco. Pero... ¡oh sorpresa! se trataba de un pésimo helado de coco artificial con "aguardiente" puesto en una copa.
Al parecer, Veracruz se negaba a descubrir sus manjares preciosos en las fauces de Das Kompater.
Desangelado, Das Kompater puso buena cara y junto a Zottacko volvieron al Hotel. Pues a las 6 AM, viajarían al Puerto de Veracruz.
El rayito de alegría fue una de esas imágenes del México surrealista: Una bicicleta alubike trapada en una pipa de agua... pero... ¿porqué no? ¡usando la defensa delantera como rack!
miércoles, 8 de octubre de 2008
jueves, 2 de octubre de 2008
Fiestas Patrias Día 1
Desde que nuestro gañán de pacotilla ingresó a las filas corporativistas trasnacionales, Das Kompater casi no ha gozado de días de asueto. Así que ante cualquier oportunidad de olvidarse del trabajo, hace todo cuanto esté en sus manos para evadirse.
En esta ocasión vio la oportunidad de hacer un "puente" juntando un fin de semana con el famoso "Grito de independencia".
Como muchos chilangos, Das Kompater se dio a la fuga de la gran ciudad, pero a diferencia de muchos, su equipaje de viaje incluyó una bicicleta y de compañero de viaje Der Kompater Zottacko.
En punto de la media noche los Das Kompater y Zottacko junto a sus flamantes bicicletas abordaron el autobús de la aventura rumbo a San Andrés Tuxtla, Veracruz.
Esa, al igual que las noches anteriores, el sueño fue intermitente. El nerviosismo, las ansias de llegar y la emoción de emprender una aventura les apartó de Morfeo. Apenas al clarear el alba, Das Kompater fijo su vista en la carretera que el autobús devoraba a su paso y se imaginó recorrerla junto a Zottacko y Dora (su bicicleta Giant Yukon FX 2008).
A las 8 a.m. arrivaron a su destino sin contratiempos. Sin embargo, en la premura por comezar a pedalear, Zottacko olvidó sus anteojos en el autobús, por lo que solicitamos su recuperación en su siguiente destino: Catemaco, donde el par de exploradores pasarían la noche.
Una vez arreglado ese menester subieron a sus vehículos rumbo a Tres Zapotes, la cuna de la cultura Olmeca.
Pero antes despertaron la fauna estomacal con el siguiente menú:
1 Yogurt
1 Jugo "Del Valle"
1/2 Sándwich o un intento del mismo. (1 cuadro de jamón que no más grande de 10cms x lado y 1 rebanada de queso o sustituto de queso)
El trayecto hacia Tres Zapotes fue de 26kms, la primera etapa tuvo descensos ligeros, algunos ascensos y curvas cerradas en pendientes más pronunciadas, lo que permitió alcanzar una velocidad máxima de 56kms/h. La constante del paisaje fue un verdor revitalizante, altos pastizales flanqueaban el pavimento ausente de baches y otros obstáculos.
La segunda etapa, al llegar a Santiago Tuxtla se tornó un poco más urbano. Sin embargo, a los pocos kilómetros de tomar la desviación hacia "Dos Caminos" y luego hacia "Tres Zapotes" el paisaje se llena de verdor, amplios sembradíos de maíz, pastizales y pequeños poblados ubicados como cuentas de un Rosario, cada cierta distancia. De ahí destaca "Potrero" sus casas coloridas parecieran haber sido sacadas de una postal de mexicaneidad.
En Tres Zapotes, visitaron el museo de sitio donde se exhibe una de las Cabezas Monumentales encontradas en el lugar, así como otros vestigios de la cultura Olmeca.
Encontraron en el único restaurante apto para turistas un filete de res encebollado y sendos jugos para acompañarlo.
Además encontraron una de esas huella de la sabiduría y filosofía urbana, ahí en un poblado lejos del mercantilismo, cerca de las raíces de la cultura mexicana, descubrieron que: "¡El graffiti no daña; el Amor si!"
De regreso, el escenario no fue muy alentador. El viento en contra, la humedad en pleno y el sol abrasador derritiendo el poco cerebro que les quedaba.
Las pausas se volvieron más frecuentes y la sombra, aunque poca, se agradece cual regalo divino. No por nada dice Der Papa V: "Cuando el camino es largo; hasta el sombrero cansa".
Con cada pedaleada, los aventureros dejaron parte de sí, en el camino; ya sea en forma de sudor, hígados y otras secreciones. Hasta que finalmente llegaron al poblado de Santiago Tuxtla.
La parada obligada, además de las tiendas de abarrotes en búsqueda de líquidos, fue el mercado, donde compraron sendos plátanos y naranjas para reponerse del desgaste.
Al buscar una sombra donde protegerse del Sol, se encontraron bajo un techado de lámina frente un par de negocios cerrados.
Das Kompater y Zottacko se encontraban, concentrados en las labores alimenticias y de desollar sus naranjas, sintiendo las miradas curiosas en sus rostros, vestimentas y vehículos.
Al poco rato, un niño de no más de 12 años, se les acercó tímidamente. Su rostro y sus ojos, llenos de ilusión, en sus manos, llevaba un plato cubierto con una servilleta.
Al verlo, Das Kompater y su compinche se miraron extrañados. El niño al notar la reacción, les dijo como a un par de bebés: "Para ustedes".
Con la interrogante en el rostro y el escepticismo de cualquier citadino preguntaron: "¿Cuánto cuestan?"
La mercancía en cuestión eran un par de Sándwiches. Y no tenían precio.
Cual españoles en épocas de descubrimientos, al llegar a las costas la gran Tenochtitlán (si es que hubo tal cosa), el par de exploradores atestiguó la hospitalidad que pudieron haber recibido los conquistadores. Salvo que en lugar piedras y metales preciosos, la ofrenda vino en forma de emparedados.
Darío, al ver a los ciclistas vio materializados algunos de sus sueños, conocer alguien tan apasionado como él del ciclismo.
Al conversar su con él, su amigo y su Mamá supieron que primera instancia el par de Tlahuicas fue confundido con un par de "gringos" (americanos). Sin espíritus malinchistas, Darío sintió que debía contactar a los extranjeros y dejar en ellos su huella. Definitivamente lo hicieron, más allá de lo sabroso de los alimentos.
También fue gracias a ellos que supieron la existencia de un museo local y dos cabezas Olmecas monumentales. Una dentro del museo y otra en la plaza central del pueblo.
El cansancio, la deshidratación, la humedad y falta de energía los obligó a tomar un autobús rumbo a catemaco, donde, les esperaban los anteojos de Zottacko y una suave, cómoda y reconfortante cama para cada quien.
Sin embargo, todas las circunstancias adversas ya habían hecho mella en la condición física de Das Kompater y sin muchas advertencias las náuseas le invadieron haciendo imposible retener en es estómago su contenido. Como si hubiera poco, el ejercicio de sus abdominales, en cada reflejo para volver el estómago, sus músculos se contrajeron al borde del calambre, lo cual lo dejó aún más agotado, así que su única opción fue: ¡dormir!
A media noche, Das Kompater despertó, como alguna veces, sintiéndose ajeno a la cama en la que duerme, adormilado, se hizo las preguntas rigor para salir de dudas: ¿Sólo o acompañado? ¿Casa u hotel?
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Aquél arte extraño
Hace ya más de 20 años, Igor Vladimirov, tuvo uno de los escasísimos momentos de buena onda hacia Das Kompater.
Fue en una pequeña calle cerrada, de esas que tienen una pequeña glorieta en el fondo al rededor de la cual se acomodan ampliamente 5 ó 6 casas que difícilmente entraría en la categoría de pobres.
Dadas las características de las humildes mansiones, sus banquetas son amplias y sin muchas irregularidades, ideales para desplazarse en dos ruedas.
Así, Igor Vladimirov, llevó al joven Das Kompater cual corderito al matadero.
Ya antes, la piel de Das Kompater había resentido las inclemencias de su fraternal cariño. (caer de una yegua o enterrarle un lápiz en la mano por mencionar algunas).
No obstante, la fe ciega que infunde una orden paternal como: "Ve con tu hermano" fue suficiente para despejar todo miedo.
Ya en el sitio, Igor Vladimirov le ordenó a Das Kompater recordar el movimiento que describen sus piernas al usar su afamado "triciclo Apache".
Con esto en mente, notó una sensación de desequilibrio al subirse a aquel aparato de dos ruedas. Sin embargo, la mano "protectora" de Igor Vladimirov que le sostenía del asiento le permitió permanecer un instante en ristre.
Luego de un par de caídas y sendos raspones Das Kompater logró dominar aquél arte extraño llamado: andar en bicicleta...
martes, 9 de septiembre de 2008
Ups & Downs
Hace algunos días (un mes para ser preciso) Das Kompater festejó su cumpleaños.
Cual celebridad que no es… recibió felicitaciones, llamadas, correos, abrazos, bechos, apapachos, reclamos, mentadas de madre, aplausos y dedicatorias extraordinarias.
No importa si fue con una noche de Jazz en el Zinco Jazz Club, una invitación a cenar en Casa Lamm o comer manjares turcos en el Casbah... dos cosas son seguras: durante los festejos hubo buena comida, buena música y mejor compañía.
Desayuno en "El Cardenal", comida en "El Tajín" tarde-noche de billar en el "Malafama" Jazz en el Zinco Jazz Club... ¿qué más se puede pedir?
Por desgracia, esta vez la calma precedió la tormenta. La siguiente semanas después de su onomástico, Das Kompater extravió su Tréo… y el pato le tiró a las escopetas… porque siendo como es… un miembro activo del equipo de Seguridá (con ese tonito) el extraviar un valioso aparatejo como su Treo sin duda fue como machetazo a caballo de espadas…
Para acabarla de amolar.. Das Kompater se vio contagiado por uno de los más comunes y mutantes de los virases: La influeza… mejor conocido como la gripe… y si bien no fue gripe aviar… si fue gripe extranjera contagiada por un gringo loco que vino desde tierras lejanas para hacer trabajar a Das Kompater cual esclavo (en épocas de la esclavitud, claro está). Luego siguieron las constantes pinchaduras de llantas en su amada Dora y para colmo de males… la continua postergación (¿si existe tal palabra?) de compromisos con la famosa KGB.
De aquellos momentos, hace un mes… Das Kompater se queda con haber sido sinceramente recordado desde lejanas tierras como Cd Satélite, la Nva Santa María, San Cristóbal de las Casas, Memphis, Francia o la Agrícola Oriental. Haber recorrido un museo en compañía de Der Papa V.
A pesar de la tormenta, quién se puede quejar de sus circunstancias si tiene la dicha de tener seres tan hermosos a su alrededor. Quizás no estén todos. Pero aún quien quisiera olvidarle, recuerdan a Das Kompater explotar en una carcajada sincera, en una broma sin chiste o una nieve de “higo con tequila” y “coco con ginebra” en la fecha de su cumpleaños.
Cada año tiene sus Ups & Downs y como el chocolate amargo, la vida requiere de un sabor sobrio que haga resaltar los chispazos de dulzura que dan las alegrías.